domingo, 13 de mayo de 2018

La sangre altera (La libreta XVII)





Las primaveras ibéricas son imprevisibles, con la tendencia a cambios radicales, aquella no fue una excepción en apenas quince días pasamos del abrigo, el paraguas y el frio tardío, a la manga corta y el sol reluciente que empieza a colorear las pieles. Y esta claro que esas tardes largas y soleadas invitan a salir de casa.

Eso hicimos aquella tarde de Sábado,  ella tenía que comprar algunas cosas de papelería para el trabajo y eso no sirvió de excusa para bajar a la ciudad y aprovechar la tarde, sentados en una terraza  del centro disfrutando de ese sol tantos meses añorado, con ese extraño placer que nos provoca su fuerza aun a las 7 de la tarde.

-¿Te hacen un par más o prefieres cambiar de sitio?
-Venga se que se está genial aquí.
-Ya voy

Me levanté y entré en local, pedí un par de cervezas más y salí con ellas hasta la mesa, las puse y me senté, brindamos sin decir nada y los dos le dimos un sorbo. Yo me la quedé mirando en silencio escondida tras las gafas de sol en silencio.

-¿En que piensas?
-¿Tengo que pensar en algo?
-No pero como estás callada
-No te montes pelis, estoy a gusto y punto
-Yo no me monto nada
-Por si acaso que te conozco

Me pareció una respuesta borde, pero por otra parte también podía ser juguetona, decidí esperar a ver como evolucionaba la tarde. Ella levaba un vestido muy de verano, largo hasta los pies pero fresco y los hombros al aire cogido por solo dos tirantes. Seguimos un rato con ya un claro tira y afloja de inderectas y no tan indirectas, en el que ella se sentía muy cómoda y a ratos se venía arriba. Una hora después el sol empezaba a estar cansado y se mostraba más tímido y una lígera y fresca brisa empezó a soplar y a ella se le escapó un escalofrio.

-En vez de mirarme y sonreír podrías dejarme esa cazadora vaquera que tu no usas, digo yo...
-No uso, pero puedo usar, además creo recordar que te dije algo así: "muy guapa ¿pero no vas a pasar frio?...
-¿Y?
-Pues eso
-Bueno me la dejas o no, señor sabelotodo
-Toma, pero tampoco vamos a tardar mucho en irnos
-El tiempo que tardemos, pero tengo frío
-Porque has querido
-Pufffff y dale, que ya lo se joder!!!!!!!!

En ese momento se ponía la chaqueta.

-No hace falta que levantes la voz y menos en público
-Haré lo que me salga del coño, ¿ te parece?.

No contesté, me la quedé mirando, quería estar seria  pero se le escapaba la risa a la vez que se ponía roja. Le clavé la mirada en silencio unos segundos, suficiente para ver como le subían los colores, pasados esos segundos me volví a apalancar y le di un trago a la cerveza como si no hubiera pasado nada, pero los dos sabíamos que había que volver a casa. No tardamos mucho en subir, ya estaba anocheciendo cuando cogimos el camino de vuelta, por un momento debatimos sin coger algo de cena, pero como habíamos estado picando algo no teníamos mucha hambre y decidimos no coger nada. Ya montados en el coche, yo iba maquinando mientras conversábamos, sería fácil solo tenía que tirarle de la lengua un poquito más al llegar a casa y terminaría tumbada en mis rodillas.

Ya era de noche cuando entramos en el piso y en estos casos cuanto antes ataques mejor. Así que cuando entramos, ella fue a dejar el bolso en el comedor y me dijo que iba a ponerse cómoda, aproveché que estaba frente a mi para cogerla con las dos manos de la cintura y decirle.

-Espera un momento que tenemos que hablar.
-Pufff que quieres pesado.
-Vamos al sofá

La cogí de la mano y no tuvo más remedio que seguirme, yo me senté ella se quedó de pie.

-Bueno que?
-Que de que?
-No se, te noto como alterada ¿no?
-Debe ser la primavera, pero yo no me nota nada que conste
-Te hace gracia?
-No voy a llorar sin motivo, no sería muy normal
-Y sigues?
-Pues no lo se si sigo, no entiendo mucho de que va esto?
-Te parece medio normal, como me contestaste en la terraza?
-Como te contesté? no me acuerdo
-No te acuerdas? pues vaya memoria
-Ya me conoces, selectiva
-Ya...igual te la tengo que refrescar, vete a la habitación un rato a ver si recuerdas, en un ratito te llamo y te vuelvo a preguntar.
-Si claro a la habitación a quitarme el vestido y después al baño a quitarme la pintura.

Ahí ya me levanté de repente y sin decir nada la cogí de la oreja y la llevé hasta la habitación entre quejas.

-Por si tenías alguna duda que estaba hablando en serio y ahora te sientas en la cama y haces memoria hasta que te llame.

Me di media vuelta y me fui cerrando la puerta. Supongo que no se esperaba aquella reacción o tal vez si y es lo que deseaba, pero ahora tendría un buen rato para pensar, para que su mente fuera anticipando lo que pasaría en el momento que la llamase, unos minutos de tensión in crescendo, de hormigueo nervioso en su estómago, en su culo y en algún sitio más. Yo me senté tranquilamente de encendí un cigarrillo y me lo fumé tranquilamente, cuando lo terminé fui hasta la cocina, usando el sonido de mis pasos para aumentar su tensión, sabía que podía oirlos acercarse o alejarse, solo fue un amago, volví al comedor y decidí crear un escenario solo con unos pequeños detalles. Un cojín sobre el apoyabrazos del sofá, una silla en medio entre la tele y el sofá y la libreta y un bolígrafo en la mesa. Entonces si fui a buscarla, abrí la puerta de la  habitación ella seguía sentada en la cama, me miró y entonces pronuncié su nombre completo y su apellido, seguido de un tajante.

-Acompáñame.

Se levantó y me siguió. Unos pocos pasos y entramos en el comedor, yo fui directo al sofá a sentarme y ella se paró a un metro de mi, de pie. Una pregunta simple y directa

-¿Has hecho memoria?

Silencio, por lo que decido refrescársela.

-Pensaba que la último vez que pasó lo mismo había quedado muy claro que no iba a permitir que se repetiera.
-Pero....es que no se que ha pasado
-Lo se esa memoria selectiva ¿verdad?

Un sonrisa nerviosa se dibuja en su cara.

-Ese tipo de contestaciones y más en público, se van a acabar o por las buenas o por las malas.
-Puffff estaba jugando
-Pues aprende a parar
-Ya sabes que soy impulsiva
-Por eso necesitas disciplina, para que no te pierda la boca. En la mesa tienes el cuaderno y un bolígrafo empieza a copiar 100 veces: "No volveré a contestar mal en público".
-No joder...eso es aburrido!!!!!!!

Entonces hice el amago de desabrocharme el cinturón, suficiente persuasión para que cogiera el camino de la silla y aunque quejándose se sentase a copiar. Yo me senté en silencio los dos, podía escuchar los trazos del bolígrafo sobre la hoja del cuaderno al copiar y pasado un tiempo le dije.

-Cuantas llevas?

Paró y me dijo:

-58
-Déjalo y levanta.

Dejó el boli sobre la mesa, retiró la silla y se levantó.  Yo también me levanté.

-Sabes yo si he hecho memoria y me he acordado de la última vez que te castigué por lo mismo que hoy, por lo que veo, no debí ser lo suficientemente estricto, así que esta vez me voy a asegurar de que la próxima vez que tengas tentaciones te acuerdes.

Entonces me senté en la silla y ya sentado continué.

-Para empezar esta vez no vas a tener derecho a calentamiento, así que ponte en mis rodillas, ya con el vestido levantado y el culo presentado.

Me la quedé mirando, ya no tenía escapatoria, solo podía rendirse o la haría rendirse yo lo que sería peor. Despacio se levantó el vestido y aguantándolo levantado se acercó y se dobló despacio también sobre mis rodillas en la silla tuvo que soltar el vestido para apoyar las manos en el suelo, la posición sobre las rodillas es muy infantilizante, pero aun lo es más cuando en vez de la cama o el sofá usas un silla desnuda en el centro de la habitación, alli estaba en mis rodillas como una niña traviesa, terminé de levantarle el vestido bien, debajo solo había el minúsculo hilo de un tanga, antes de empezar decidí que también me estorbaba y metiendo los dedos en la cintura elástica los deslice hasta mitad de su recorrido, por encima de las rodillas, entonces puse mi mano en su culo suave y frío y empecé a acariciarlo haciendo círculos, desde mi posición podia ver su coño entreabierto y brillante, excitada a pesar de la perspectiva de un castigo y entonces dije.

-Vamos a empezar a refrescarte la memoria.

Al terminar de decirlo empecé a azotarla con la mano con el  ritmo cadencioso del continuo "plas, plas"  de banda sonora, poco a poco su piel fue cogiendo un tono rosado uniforme, yo intentaba cubrir con los azotes toda la zona repartiendo bien, a medida que la azotaina progresava el color rosado fue dando paso a un rojo más brillante y eso cambio de color iba en consonancia a un aumento de la intensidad de los azotes, mi mano disparaba continuamente como una ametralladora sobre su piel desprotegida. Fueron unos diez minutos de azotaina in crescendo y sin pausas, su silencio inicial dio paso algún gemido a medida que la zurra progresava, pasado esos diez minutos paré, la palma de mi mano también estaba roja, caliente y hormigueante, empecé a pasarle suavemente el dorso, para notar el cambio de temperatura en su piel, ella respiraba aliviada mientras la acariciaba en silencio. Esa posición es bastante incómoda, entonces le di un palmadita y la ayuda a levantarse.

-¿Vamos recordando ya?

Al levantarse le vestido cayó por la fuerza de la gravedad,  no me contestó, de haberlo hecho tampoco hubiera cambiado nada, me levanté yo también y la acompañé hasta el rincón, la puse con la nariz tocando a la pared y yo mismo le puse las manos encima de la cabeza, al terminar me desabroché el cinturón, le subí el vestido y le pasé mi cinturón por encima de la cintura, abronchándoselo de tal manera que mi cinturón en su cintura le sujetaba el vestido levantado, mostrándome su culo rojo en el rincón. Retiré la silla y la puse en su sitio, la idea era dejarla un ratito en el rincón que sintiera bien el calor y el picor de la azotaina en el culo, pero antes de sentarme a contemplar no pude evitar acercarme por detrás el tanga ya estaba en sus tobillos y con mis dedos busqué desde atrás su coño, pasé dos de mis dedos por el, húmedo, hinchado y palpitante, se los acabe metiendo, provocándole un gemido.

-Te gustaría ¿verdad?...

Empecé a meter y sacar los dedos de su coño chorreante..ella echó la cabeza para atrás y cerró los ojos y entonces paré en seco y fui a sentarme en el sofá, unos minutos a esperar que el ardor de su culo bajase, ella se mantenía inmóvil, no era precisamente su lugar favorito, la llamé, bajó las manos de la cabeza y se dio la vuelta, le indiqué el apoyabrazos del sofá sobre el cual había un cojín, no protestó obediente se acercó, antes de colocarse le pedí que se quitasé el cinturón y me  lo diese, lo hizo y acto seguido se colocó en la posición, es mucho más cómoda, ya que el cuerpo descansa en el sofá y los centímetros que se eleva el apoyabrazos dejan el culo perfectamente levantado y expuesto. Al ponerse lo primero que hice fue levantarle el largo y vaporoso vestido de forma muy ritual y lenta, recreándome, después busqué los tobillos para terminar de quitarle el tanga y separarle ligeramente las piernas, entonces cogí el cinturón y mientras lo doblaba le dije.

-Yo si me acuerdo, que la última que te castigue por portarte mal, fueron 20 azotes con el cinturón, hoy serán 40 a ver si así no se repite, quiero que los cuentes, si te equivocas volvemos a empezar, si te pierdes también y si no te acuerdas de decir algún número también. Por la posición del sofá me quedaba a mano cambiada, pero hay una técnica ideal para usar el cinturón en esas condiciones, consiste en sujetarlo con la mano derecha justo por el doble así lo consigues estabilizar y entonces simplemente dejas ir la mano izquierda, así lo hice y "zasssss" el cinturón cruzo el aire para impactar sobre su culo desnudo, espere a escuchar lo que quería, un suspiro y un uno salió de su boca. Seguí con ese ritmo, azote, pausa y al escuchar el número vuelta a armar el brazo y nuevo azote. En el quince antes de impactar se movió apretó las nalgas e hizo un gesto como de evitación. Inmediatamente le dije:

-Como vuelvas a poner el culo duro y no lo vea bien presentado en los que te quedan, ire añadiendo azotes a la cuenta, ¿está claro?.

La advertencia hizo efecto instantáneo, ya que fue terminar de decirlo y recolocarse arqueando más la espalda y levantando el culo. A los 30 azotes hice una pausa más larga, examinando la piel de su culo con mis dedos, para comentar en voz alta.

-Yo se de una que gracias a su bocaza, va a estar una semana sin poder sentarse.

Tras un rato de "inspección" vuelvo a tomar el cinturón, solo que esta vez los diez últimos son más rápidos seguidos sin pausas entre medias, haciendo que cuente rápido mientras sostiene el aliento, hasta que escucho entre gemidos:

-Cuarenta!!!!!!

Entonces todo se detiene, se vuelve a hacer el silencio solo la hebilla del cinturón tintinea al dejarlo colgando de la silla, ella aun respira agitada, tiene las piernas temblorosas, siente el calor subiendo por sus nalgas que se irradia por todo el cuerpo, yo simplemente espero sin  hacer nada, hasta que recupere el aliento, entonces empiezo a acariciarle suavemente el culo, que del rojo ha pasado al púrpura

-Espero que esta vez sea la definitiva, porque si hay otra....

De repente dejo de acariciarla, voy a por el cuaderno y el bolígrafo y se lo pongo junto a la cabeza.

-Termina de copiar.

Se queja, pero acaba por coger el cuaderno abrirlo, se incorpora apoya los codos en el sofá y empieza a copiar, yo me coloco detrás de ella, entre sus piernas, que separo más para caber, veo desde allí como empieza a copiar, su culo muy rojo, con algún tono azulado de los bordes del cinturón, sin decir nada, dejo caer mis pantalones, me cojó la polla la friego un par de veces contra su coño.

-Sigue copiando

Y de repente de la meto hasta el fondo, suspira deja de copiar por un momento.

-¿Que te he dicho?

Al momento se pone a copiar otra vez y entonces empiezo a entrar y salir muy despacio de su coño caliente y mojado, sigo con el movimiento lento hasta que termina las 42 lineas que le faltaban, cuando termina le pido el cuaderno lo dejo encima del respaldo del sofá y empiezo a  moverme más rápido a la vez que la cojo con las dos manos de las caderas y la empujo contra mi, a cada embestida su culo castigado choca con mi cuerpo y cada vez me muevo más rápido y ella me sigue y también empieza a moversa a la vez que su respiración se agita de nuevo, gemidos y jadeos invaden el salón, en un determinado deja de moverse se queda quieta y tensa, se que se va a correr y aumento el ritmo y se corre, lo puedo notar en mi polla comprimida por los espasmos de sus músculos íntimos, pero no paro yo también me noto que voy a explotar y no tardo mucho, mientras ella sigue saboreando su orgamos llega el mio que me deja exhausto, tengo que apoyarme en el sofá con los brazos rodeando su cuerpo y con mi polla aun dentro de ella. Respiramos profundamente los dos....noto su culo caliente tocando mi pubis.

Continuará.





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