miércoles, 18 de abril de 2018

Con motivo más II (La libreta XV)





Pues al final resistí mi tentación, me quedé con las ganas aquel viernes y ella también pero dejarla así con las ganas formaba parte del castigo. Cuando terminé de las cremitas y el masaje, yo mismo cogí el pantalón del pijama y se lo subí, como queriendo hacerle sentir más profunda la sensación de niña traviesa castigada, por un momento vi cierto gesto de decepción en su cara, pero no se atrevió a decir nada, por si acaso.

Nos fuimos a la cama, allí vimos un rato la tele y nos quedamos dormidos. Al despertarnos la mañana del sabado me buscó, tonteó un poco, pero le corté el rollo enseguida.

-Deberíamos levantarnos desayunar y vestirnos que hay que ir a pasar la ITV al coche.

Al decir eso cesó su intento de seducirme para quedarnos más rato en la cama. Yo me levanté preparé el desayuno, al poco apareció ella en la cocina, me dio un beso y nos sentamos a desayunar, no pude evitar sonreír al ver con el cuidado con el que posaba el culo en la fria silla de la mesita de la cocina, ella no dijo nada aunque me vio. Desayunamos tranquilamente, sin mecionar más lo sucedido, ni las ganas reprimidas. Solo otro tímido intento después de desayunar.

-Yo necesito ducharme antes de salir, te vienes?
-No, dúchate tu primero, que tardas más en vestirte y yo me ducho después.

Otra vez esa carita de decepción, en el fondo esperaba que fuese menos sutil con sus ganas, pero su orgullo es su orgullo y sabía que tenía que llevarla muy al límite para que se lo tragara. Y es hicimos se duchó ella primero y cuando salió para vestirse me metí yo en la ducha, al terminar yo mientras ella terminaba de peinarse y arreglarse me vestí yo, cuando estuvimos listos salimos y fuimos a la estación de la ITV abierta más cercana. Pasamos la revisión sin problema, lo cual fue motivo para recordarle de nuevo, las consecuencias de su descuido, se lo tomó bien. De vuelta a casa comimos y nos apalancamos un rato sin hacer nada en el sofá y hablando decidimos bajar aquella tarde a la ciudad a tomar algo y cenar. Eso hicimos nos arreglamos y nos fuimos de cañas, la idea era volver pronto a casa, pero entre una cosa y la otra alargamos más de la cuenta, cuando nos ponemos a hablar de buenas enlazamos un tema con otro y se nos van las horas y al final fuimos hasta a hacer un copa antes de ir a casa

Total que cuando volvimos a casa eran ya muy pasada la medianoche, así que mientras ella estaba con el ritual de ponerse cómoda y desmaquillarse yo me tomé la última cervecita, cuando salió del baño me dijo que me esperaba en la cama, le dije que me fumaba un cigarrito e iba para allí, pensé que aquel era el momento de levantarle el castigo y que mejor excusa que los cuidados a su culo para empezar, así que antes de irme a la cama fui la baño a por lo necesario, pero al entrar en la habitación aunque estaba la tele puesta se había quedado dormida y no quise despertarla, apagué la tele me metí en la cama, me acoplé bien pegado a ella y yo también me quedé dormido.

Cuando amanecí al otro día, enseguida vi que no estaba en la cama, el sonido del agua de la ducha me indicó donde estaba, me levanté y fui al baño, una nube de vapor fluía por encima de la mampara.

-Buenos días que madrugadora ¿no?.
-Buenos días son más de las 11 ya.
-Si es que ayer nos fuimos a dormir tarde, por cierto te quedaste frita en cero coma.
-Ya lo se, ni me enteré
-Tienes hambre?
-Siiii
-Pues voy preparando desayuno.

Me fui para la cocina y me puse a ello, aun tardó bastante en salir, cuando salió ya tenía un desayuno completo preparado, café , tostadas, ella estaba radiante se le notaba en la cara que había descansado y estaba relajada, recién duchada además. Se sentó a desayunar con algo menos de cuidado que el Sábado pero aun haciendo alguna pequeña mueca de molestía, sonreí otra vez. Desayunamos con la calma de los desayunos de un Domingo sin planes, ni compromisos. Al terminar mientras yo me servía un segundo café para tomármelo en el comedor, ella me dijo.

-Tomátelo tranquilo ya recojo yo.

Me fui para el comedor y me tomé esa café mientras la escuchaba en la cocina, no tardó mucho en aparecer por el comedor, nada más llegar puso la radio.

-Que vas a hacer?
-Voy a recoger un poco, pero no te preocupes es un momento.
-Pues si es un momento puede esperar, ven aquí.

Se acercó a mi como extrañada mientras yo me incorporaba sin levantarme del sofá. Cuando estuvo a mi lado le dije.

-Sabes que toca ¿no?.

Me miró con expresión de no tener ni idea.

-Revisión de marcas.

Al decirlo se puso roja, es algo que habíamos hablado y hecho alguna vez, que yo sabía que le daba mucha vergüenza.

-Venga va date la vuelta.

Estaba roja y resoplando se dio la vuelta dándome la espalda de pie enfrente de mi. Nada mas hacerlo metí las dos manos por debajo de la camiseta buscando la cintura del pantalón del pijama y metiendo los dedos por la cintura de un movimiento seco le bajé el pantalón hasta las rodillas, tenía frente a mi vista su maravilloso culo desnudo, aún eran evidente las marcas de la zurra del Viernes, en la parte baja de las nalgas en el centro varios moratones y toda un linea de puntitos rojos y amoratados en el contorno allí donde había actuado el borde del cinturón. Empecé a pasar mis dedos por todas aquellas marcas muy despacio, solo rozando, ya al primer contacto toda la piel de la zona se le erizó....y no creo que fuera de frío precisamente, terminé la ronda de caricias con un cachete cariñoso y le dije:

-No te muevas que ahora vengo.

Me fui a buscar la crema y de vuelta me senté y la hice ponerse en mis rodillas en posición de castigo, pero para entreterme un buen rato poniéndole crema en el culo y acariciándolo, con la otra mano también le acariciaba la espalda por dentro de la camiseta, poco a poco las caricias se fueron extendiendo a mas zonas, los muslos, la cara interna de las nalgas y como quien no quiere la cosa, mis dedos tambien empezaron a rozar su sexo momento en el que su piel se volvió a erizar, sin dejar ese juego de estimulación le pregunté

-¿Y como es que te has metido en la ducha nada más despertar?.

No me contestó empezó a mover las caderas, y a mi me era imposible disimular la erección que hacía rato que tenía por debajo del pantalón...

-Sabes tengo una teoría.

En ese momento mis dedos se paseaban por dentro de los labios de su coño empapado.

-Tengo la teoría que te has metido en la ducha para algo más que ducharte, mira como está esto.

En ese momento saqué los dedos que frotaban su coño y se los puse a la altura de la cara....

-Joder que quieres, llevas tocándome media hora....
-Ya pero tu silencio te delata ¿Te has tocado en la ducha verdad?
-Nooooo
-Sabes que si quiero saber si me mientes solo tengo que hacerte levantar y que mires a los ojos
-Paso palabra.....
-Vamos que si
-Otra vez paso palabra...

Pero un risita delatadora se le escapó.

-Tu crees que me chupo el dedo, lo supe nada más entrar en el baño

Su respuesta fue un gemido, porque en aquel momento dos de mis dedos entraban en su coño.

-Muy mal "señorita" que yo sepa aun no te habia levantado el castigo y tienes que aprender a controlar tus impulsos.

En ese momento saqué los dos dedos de su coño.

-Creo que voy a tener que recordarte que les pasa a las niñas desobedientes.

Le volvía a acariciar el culo, ella seguía moviendo las caderas, pero de repente empecé a azotarla con la mano en su culo desnudo, la radio de fondo amortigüaba el sonido de los continuos azotes, no demasiado fuertes calentando, abriendo los poros y estimulando la circulación. Esos primeros azotes muy eróticos no hicieron que parase de mover las caderas, hasta que empecé a darle más fuerte y entonces de repente se quedo quieta a medida que la azotaina progresaba se le escapaba algún gemido y suspiro, poco a poco fue subiendo el tono del color de su piel, hasta el punto que el rojo de la azotaina tapaba las marcas del viernes. Ya con el color rojo brillante que solo consigue pintar la mano paré y vuelta a las caricias, aun tenía la piel suave de las cremas, pero al menos dos grados más de temperatura.

-Este fin de semana vas a cobrar dos veces y las dos veces bien, así aprenderás primero a ser responsable y segundo a respetar los tiempos de tu castigo, así que ya puedes levantarte e irme a buscar el cepillo, que te vas a acordar toda la semana de mi.

Rechistó un poco, pero creo que le podía más la excitación se levantó y se fue a por el cepillo de vuelta sin decir nada, me lo dio y ella misma se puso sobre mis rodillas sin necesidad de decirle nada. Cogí el cepillo y empecé a frotar su culo rojo con la parte de madera lisa recreándome en la espera. Hasta que empecé a azotarla con el, primero azotes suaves y bien repartidos por todo el culo, desde el final de los muslos hasta tres cuarta partes de las nalgas, a medida que iba aumentando la intensidad, los azotes los focalizaba más en la "zona dulce" osea en la parte baja del culo, alli donde se juntan nalgas y  muslos insistiendo especialmente en esa zona, hasta que eran bien visibles esos  dos circulos de un rojo más tirando a granate y ella empezaba a saltar a cada nuevo azote. Entonces paré un instante y empecé a pasarle suavemente el cepillo por todo el culo castigado pero esta vez por la parte de las puas, solo rozando, pero la aspereza de las puas en contraste con la piel sensible y castigada debía ser un sensación "especial", tras un par de minutos de jugar así, le di otra vez la vuelta al cepillo y con la mano izquierda separé una de sus nalgas, y unos diez azotes rápidos le cayeron ahí en esa zona tan sensible, después hice lo mismo con la otra nalga y ahí gritó, entonces mi excitación estaba ya desbocada tal vez por eso cogí el cepillo al revés y empecé a pasar el mango entre sus piernas entre los labios de su coño mojado y empecé a usarlo de improvisado consolador todo el mango entró en su coño y empecé a meterlo y sacarlo rítmicamente, el sonido del mango entrando y saliendo "chof, chof" en su coño empapado, su culo rojo y marcado otra vez en mis rodillas, me ponían como un moto, ella arqueó su espalda e hizo fuerza con las piernas hacía arriba para levantar más su culo, su respiración se aceleraba y el mango del cepillo entraba y salía cada vez más rápido.

-Impaciente, no iba a irme sin darte placer....

Al terminar de decirlo un espasmo, un grito entrecortado por la respiración agitada y el charco que había entre su piernas me indicaron un muy intenso orgasmo vaginal, pese a sentirlo no paré de sacar y meter el mango del cepillo lo más rápido que podia hasta notar el ultimo micro espasmo de su orgasmo, entonces paulatinamente fui bajando la velocidad hasta parar. Mientras recuperaba el aliento seguí acariciándole el culo, sin dejar tampoco de jugar con el mango del cepillo, hasta que lo saqué. La ayudé a levantarse yo me levanté también la llevé hasta el extremo del sofá e hice que se tumbase por encima del reposabrazos con su culo rojo recién azotado bien ofrecido. En esa posición le terminé de quitar del todo los pantalones, le separé bien las piernas, llevé mi mano derecha a su coño que era un fuente, mientrás con la izquierda separaba las rojas nalgas, le metí dos dedos en el coño, los saqué y con su lubricación natural le hice un pequeño masaje en el ano, volví a repetir operación mientras me bajaba los pantalones y liberaba por fin mi polla antes que explotara, se la metí de un solo golpe en el coño rojo y mojado hasta el fondo allí me quedé sin moverme mientras con un dedo dilataba su culo, sabía que estaba muy excitada y que en ese estado, me costaría poco entrar en su culo, saqué la polla de su coño y el dedo de su culo, para llevar la punta de mi polla a su ano, la froté un poco antes de empezar a entrar en el estrecho agujero poco a poco fue cediendo hasta entrar toda la polla y suavemente empecé a moverme para que se fuera acostumbrando a mi polla invasora, enseguida empezó a ceder y no mostrar resistencia, entonces empecé a follarle el culo con todas mis ganas, cogiéndola con fuerza de la cintura. La verdad es que despues de dos días de retención y con lo excitado que estaba de la escena no tardé en correrme y allí me quedé un rato con la polla dentro de su culo tocando sus nalgas caliente con mi pubis y aprovechando mis dedos para jugar en su coño y provocarle otro orgasmo que noté con mi polla en su culo.

Terminamos la fiesta en la ducha, aunque después otra sesión de crema y masajes nos llevó a más juegos y en  unas horas recuperamos lo perdido los dos días anteriores.

Aquel domingo antes de irme repetimos el ritual de revisión de marcas...dos buenas zurras en 48 horas, seguro que aquella semana pensaría mucho en mi.

Continuará.

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