viernes, 14 de junio de 2024

La cena

 



Acabábamos de desayunar, último día de la semana y un calor sofocante. 

- Voy a hacerme la bolsa, que ya me ducharé y cambiaré en el trabajo.

- ¿Entonces no vuelves ya? 

-  Que va Nena, muy justo de tiempo...

- Entonces a la vuelta con dos coches...

- No, ya me quedado que me recojan y luego subimos juntos.

- Vale...¿A qué hora hay que estar?

- En teoria a las 20:30, pero bueno tampoco es estricto, a esa hora hemos quedado para unas cañas, si vienes un poco más tarde no pasa nada.

- Muy bien, porque seguramente iré un rato a la piscina por la tarde, que calor!!!

- Tienes tiempo de sobras, me voy, nos vemos allí y cumplir trámite y prontito a casa.

Le di un beso y me fui.

Sinceramente no tenía ningunas ganas de ir a aquella cena de compañeros y parejas, de hecho había sido ella, la que me había animado a ir, pero con aquella calor, lo que me apetecía realmente era relajarme en casa, aunque bueno, un día es un día. El día se hizo realmente largo, al cerrar la semana bajé a los vestuarios, me di una ducha , me cambié de ropa y me fui para la terraza dónde habíamos quedado. No me sorprendió que no estuviera, de hecho la gente iba llegando poco a poco, y empezamos a tomar unas cervecitas y picar algo charlando animadamente, hubo un momento en que sólo faltaba ella ya y empezó a picarme la nariz, no era un defecto suyo la impuntualidad exagerada, cuando ya empezaron a preguntar, porque era hora de cenar, le pedí que fueran pasando y la llamé. 

Me daba apagado o fuera de cobertura y pensé que igual estaba conduciendo, no insistí más. Obviamente me preguntaron, y les dije que no sabía nada, que seguro estaba conduciendo, nos sentamos y decidieron esperar, mientras le puse un par de mensajes que no contestó y yo mismo decidí no hacerlos esperar más. Aunque ya incómodo y preocupado además teniendo que responder preguntas para las que no tenía respuesta. Y empezamos a cenar, de vez en cuando le enviaba algún mensaje, sin respuesta y empezaba a estar preocupado, entre el primer y segundo plato, salí a tomar el aire, tenía el teléfono en la mano y empezó a vibrar con su nombre en la pantalla. 

- ¿Estás bien? ¿ Ha pasado algo?

- Buaaaa es una historia muy larga -me dijo con voz somnolienta- ahora te cuento, me doy una ducha rápida, me visto y voy. 

-Nena ¿Están sirviendo el segundo?....

- Joder lo siento, no se qué me ha pasado.

- Es igual ya me lo contarás, le digo que no te encontrabas bien y así tengo excusa para escaquearme, así que no corras, nos vemos en casa, en un rato .

Y colgué. De vuelta a la mesa ya servian los segundos, les dije que había podido hablar con ella y que se encontraba mal, con gastroenteritis y que terminando de cenar me iría. Todos lo entiendieron y seguimos cenando, como una hora más, al terminar le pedí a un compañero que me acercara. Y me dejó en la puerta de casa. A medida que abría la cancela, iba pensando en las explicaciones para todo aquello y a la vez me iba encendiendo, al abrir la puerta de la escalera ya estaba encendido y peldaño a peldaño el fuego subía de intensidad. 

Abrí la puerta del piso, que estaba a oscuras, sólo se veía el reflejo de la TV en el salón. Caminé hacia allí y allí estaba vestida sólo con una camiseta , estirada en el sofá y con el teléfono encima de la mesilla, conectado al cargador. Me miró y la miré. 

- ¿Que ha pasado? 

- Lo siento....

- No te he pedido disculpas, te he preguntado ¿Que ha pasado? 

Me miró y poniendo morritos me dijo con voz aniñada.

- Me he dormido...

- ¿Cómo?

- Es que al llegar de la piscina, me he dado un ducha, cómo era pronto aún, me he estirado un rato y...cuando me despertado no sabía ni dónde estaba....lo siento.

- ¿Y el teléfono?

- Sin batería

- Nunca tienes el teléfono sin batería!!!! Sabes? Estaba preocupado y sin saber que hacer...

- Ya....

- ¿Es todo lo que tienes que decir?

- ¿Que quieres que diga? 

- Nada, mejor no digas nada.

Cogí el mando de tele y la apagué. 

- Todo esto tiene su raíz, en las series, que cuando no son los narcos, son los vampiros y claro te dan las tantas, luego todo el día cansada y de malhumor, se acabó la tele en la habitación por un tiempo ¿Estamos?

- Jooooo Santi, sin tele no me duermo!!!! 

- Y tanto que te vas a dormir, ya verás como si. Levanta. 

- Pffffff

Se levantó sin mucho afán y nada más levantarse, lo cogí del brazo y le di un par de azotes fuertes.

- Ponte a mirar la pared, ya!!!!

Volvió a resoplar y se llevó otro par de azotes.

- Sigue, tú sigue protestando...

Al segundo intento captó el mensaje y se puso cara a la pared.

- La nariz bien pegada, las manos detrás d la espalda, aguantando la camiseta levantada.

Esperé a verlo, allí estaba con la nariz pegada a la pared y las manos tras la espalda, sujetando la camiseta levantada, debajo de ella solo piel. 

- Voy a quitarme esta ropa, no quiero ni oírte respirar.

Me puse cómodo y fui de vuelta al salón, abrí la puerta de terraza y salí , dejando abierto, era de noche ya hacía rato y soplaba una brisa que refrescaba el día ...me imaginaba como sentiría la brisa allí en el rincón, acariciando su piel desnuda, a la espera de que en breve, la calentase. 

El cielo estaba claro y estrellado, esperé unos diez minutos y entré. Sin decir nada cogí una silla de la mesa, la puse mirando a la terraza y me senté.

- Ven aquí.

Se dio la vuelta y se acercó mirando al suelo.

Al llegar a mi altura frente a mis rodillas, la cogí de la barbilla.

- Fuiste tú quien me convenció para ir a la cena, lo recuerdas ¿Verdad? 

Balbuceó un si, flojito...

- Y resulta que no sólo no apareces, sino que además es imposible localizarte...dándome la cena, haciéndome tener que responder toda clase de preguntas, para acabar mintiendo sobre tu ausencia, argumentando que te encontrabas mal. Ya me dirás cómo solucionamos esto...

Se hizo el silencio...

- Yo conozco una manera, de al menos, saldar parte de tu deuda.

Ya no dije nada más, la cogí de la muñeca, estiré de ella hasta ponerla perpendicular a mis muslos y la hice tumbarse cruzada sobre ellos. En la silla, con la cabeza baja y los pies casi colgando, cómo un niña.

Estaba silenciosa la noche veraniega de viernes, ya debía haber mucha gente de vacaciones, cuando empezó a sonar la banda sonora de la disciplina, ese sonido inconfundible y rítmico de carne contra carne: plas, plas, plas, plas, plas... sólo ese sonido mezclado con dos respiraciónes serenas pero profundas y algún pequeño silencio, para volver a empezar. 

- De lo de las series y la tele ya hablaremos, pero si has quedado conmigo en algo procura que nunca te quedes sin batería en el teléfono.

Estábamos prácticamente a oscuras y me estaba perdiendo el espectáculo visual de ver cómo se enrojecía si piel, algo que intuía a través del tacto y el calor que irradiaba su piel. 

Entonces me detuve, en seco, cómo a los 10 minutos más o menos.

- Levanta.

Se levantó.

- Tráeme el cepillo.

- Pffff...

Dos certeros manotazos en el muslo y mensaje entendido.

Cuando volvió le dije.

- Enciende la luz

Se iluminó el salón y se acercó hasta mi para entregarme el cepillo. Lo cogí y lo dejé en el suelo.

- Date la vuelta.

Lo hizo.

Nada más hacerlo, comprobé primero con la vista y después con la mano, lo rojo que lo tenía ya. Pero fue algo rápido, enseguida de nuevo cruzada boca abajo sobre mis muslos.

- Dame el cepillo

Me lo dio estirando el brazo hacia detrás. Lo cogí y empecé jugar con el en su piel, usando indistintamente las dos caras, la lisa, dura y suave de la madera noble y la más áspera de las cerdas, jugué un poco por toda la piel del culo, pero también por la cara interna de los muslos, hasta que en un determinado momento, la cogí con fuerza de la cintura con la mano izquierda y el cepillo empezó a caer si piedad sobre su culo desnudo y expuesto. Y es que pocas cosas más eficaces para "cocinar" un culo travieso e irresponsable que el cepillo en mis rodillas. 

Me aseguré de que aprendiera bien la lección, cubriendo bien de golpes toda la zona, pero poniendo más atención a esas más sensibles...

- Me da que el fin de semana tampoco vas a poder ir a la piscina...

Cuando creí que era suficiente la hice levantarse, ir a guardar el cepillo y de vuelta me levanté, la cogí del brazo, fui a apagar la luz y sin soltarla la hice salir a la terraza, llevándola hasta la esquina.

- Las manos detrás de la espalda, camiseta levantada.

El edificio de enfrente quedaba muy lejos cómo para que nos pudieran ver y más a oscuras, pero la sensación mental de estar al aire libre, castigada cara a la pared, con el culo en llamas, no se la quitaba nadie. 

- Voy a prepararme una copa, me apetece tomarme una al fresco, no te muevas. 

De vuelta con el gin tonic, me senté, cerca de ella, la verdad es que para el día que había hecho la noche estaba agradable. Me tomé aquella copa con calma, ya debía ser más de media noche, entonces cogí un cubito de hielo y empecé a pasárselo por la piel expuesta y roja, suspiró y la piel se le erizó y ya no deje de jugar con su piel hasta que el cubito se derritió.

Entonces mis dedos se fueron directamente entre sus piernas, de dónde también emanaba calor y algo más...

- Veo que estás jugosita...

Un suspiro fue su respuesta, sólo dijo....

- Santi, por favor

Cuando empecé a jugar con mis dedos de forma más descarada e intensa...

- Si, tienes razón, entra y espérame boca abajo en la cama. 

Entró, yo recogí y me fui para la habitación, antes de entrar fui a por la crema hidratante, allí me esperaba tumbada boca abajo, con el culo cómo un tomate y esperando alivio.

Alivio, que me puse manos a la obra nada más llegar...una sesión larga de crema y masaje de nalgas. Al terminar me puse a jugar un poco con mis dedos en su sexo, pero cuando volvió a estar muy cachonda paré. 

- Hora de dormir, señorita.

Suspiró resignada.

- Cómo hasta nueva orden no hay tele en la habitación, toma.

Le di un libro, que había en mi mesita.

- ¿Ahora quieres que lea?

- Si, no dices que no puedes dormir, pues ya verás como duermes, ahhhhh y mañana me harás un resumen escrito de lo qué has leído. Buenas noches.

Le di un beso en cada cachete y a dormir.



2 comentarios:

  1. Espero que el libro fuese interesante y que se pudiera aliviar

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  2. Ya se lo veía venir, solo con la camiseta para ahorrarse trámites xD

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