sábado, 16 de octubre de 2021

Sábado otoñal







Cuando desperté escuchaba la lluvia caer, ahora si nos había atrapado el otoño. A mí me resulta relajante el sonido de la lluvia, ella dormía plácidamente a mi lado, dudé si levantarme y dejarla dormir un momento, pero nos habíamos ido a la cama pronto, así que empecé a acariciarle la espalda por dentro de la camiseta del pijama de invierno, que ya había cambiado por el dormir desnuda del verano, su piel suave y caliente es una delicia. Al sentir me mano se movió para quedar tumbada boca abajo, aunque se hacía la dormida ese movimiento era una invitación a seguir acariciándolo y eso hice, con voz de dormida me dijo.

-Mmmmm me encantan tus manos, lo sabes verdad?

Sonreí y seguí, de la espalda pasé a sobarle el culo metiendo la mano por dentro del pantalón del pijama, esos dos globos suaves y carnosos, pero llegó un momento que empezaban a molestarme cosas y empecé a apartarlas. Primero el edredón, después sentándome en sus piernas el pantalón del pijama que bajé hasta las rodillas, con su ayuda levantando el culo para hacérmelo más fácil. Así con la zona despejada empecé a amasarle las nalgas con las dos manos, ella se dejaba hacer y de vez en cuando suspiraba, hasta que claro mis dedos fueron al calor que emanaba entre sus piernas. Desde atrás, jugué con mis dedos en los labios y entre, había una inundación de humedad caliente, el clítoris hinchado y sensible, y la entrada invitando a entrar, dos de mis dedos aceptaron la invitación y entraron en ella, ahí ya no era sujeto pasivo y los jadeos y los movimientos iban a más. El sonido a chapoteo de los dedos entrando y saliendo terminaron por excitarme tanto que puse mis rodillas una a cada lado de sus piernas juntas y así totalmente tumbada boca abajo llevé mi polla dura a la entrada de su coño y empujando suavemente entró toda hasta que su culo quedó pegado a mí pubis.

Una buena manera de empezar un día lluvioso pensé, mientras notaba mi polla acogida en su caliente y húmedo refugio. Empecé a moverme entrando y saliendo, cambiando los ritmos, así con las piernas juntas desde atrás se nota más fricción y ya no paré hasta corrernos los dos y caer rendido boca arriba a su lado, así estuvimos un instante, hasta que se incorporó, me miró sonriente, levantando la cabeza, podía verme en el reflejo de sus pupilas, volvió a sonreír me besó y me dijo.

- Así da gusto despertarse, me voy a dar una ducha.

- Vale mientras preparo el desayuno y luego voy yo

Me besó otra vez y se levantó desnudándose y cogiendo ropa se metió en el baño.

Yo me fui a la cocina, preparé café, leche y tostadas, había que reponer energía. Mientras la esperaba me puse un café y vi que tenía un correo del trabajo con un archivo adjunto que esperaba. Le di a descargar y me extrañó que iba muy lento, entonces vi que no estaba conectado al Wi-Fi y quise conectar pero me daba error. Me acerqué al router y en efecto algo fallaba, había una luz roja encendida y entonces empecé a recordar. Fui a terminarme el café y apareció ella sonriente y recién duchada.

- Puff que hambre tengo

- Pues para ti todo.

- No vas a comer nada?

- Más tarde ahora café

- Tu mismo

Desayunamos tranquilos y al terminar me dijo.

- Vamos a hacer algo? 

- Con este día? 

- Si es verdad..

- Bueno voy a darme una ducha, pero antes voy a por el portátil que me han enviado un archivo por correo del trabajo y en el móvil no lo puedo ver.

- Ah...vale, yo voy a cambiar las sábanas

- Muy bien.

Fui al despacho cogí el portátil y me fui al salón, lo abrí y me fui a buscar un café. Ella estaba en la habitación.

- Nena, tu tienes Wi-Fi en el teléfono?

- No sé lo tengo cargando, por qué?

- No hay manera de conectar, ni con el móvil, ni con el portátil, me puedes mirar si tienes?

- Voy...

A los 30 segundos me dijo.

- No yo tampoco tengo, debe ser la lluvia.

- Bueno de todas maneras voy a llamar a ver si lo pueden solucionar.

- Fin de semana no creo....

Intuía perfectamente lo que pasaba. Resulta que teníamos una cuenta bancaria en común para gastos, días atrás habíamos hablado que había que hacer una transferencia a esa cuenta que estaba en números rojos, me había dicho que ella lo haría y me daba en la nariz que no y nos habían cortado el Wi-Fi. De todas maneras llamé para asegurarme. 

- Joder, no hay manera de que cojan el teléfono

- Ya te lo he dicho es fin de semana...

- Por cierto hiciste la transferencia, porque en la cuenta no había nada.

Se hizo el silencio.

- Nena me has escuchado?

Entonces apareció en el salón poniendo cara de niña buena.

- Pufff que cabeza tengo no me acordaba.

- Tu crees que me chupo el dedo?

- No de verdad no me acordé, el lunes sin falta lo hago.

Llevaba las sábanas en los brazos. 

- Suelta eso y ven aquí.

- No te enfades, es que se me fue de la cabeza.

- Que vengas

Tiró las sábanas al suelo y se acercó. 

- Mira que te hayas olvidado, es algo que puedo entender, ahora que intentes tomarme el pelo sí que no, desde que te lo dijes lo sabías y has intentado despistarme, eso sí que no lo voy a permitir. Me lo dices de primeras y punto, no pasa nada, pero intentar engañarme y rehuir tu responsabilidad como una quinceañera, eso sí que no. Ve a llevar las sábanas y ven que vamos a hablar muy en serio.

La había pillado así que poco podía hacer. Fue a llevar las sábanas y vino obediente. Se plantó frente a mí, cerré el portátil.

- Sabes que va a pasar ahora no?

- Si....

- Qué?

- Pufff

- Está lloviendo, tenemos todo el día y cuanto más tardes en decirlo, peor. Qué va pasar?

-...que me vas a castigar

- Por qué te voy a castigar?

Suspiro

- Por irresponsable.

- No, sabes perfectamente porqué.

- Por haber intentado ocultarte que no había hecho la transferencia.

- Cuando quieres lo entiendes y cómo voy a castigarte?

- Santi, por favor....

- Ya te he dicho que teníamos todo el día.

- Puffff....me vas a azotar

- Dónde te voy a azotar?

Su cara se encendió y con la mirada baja y voz suave dijo

- En el culo

- Exacto como una niña mentirosa. Bájate los leggins y lo que lleves debajo.

- Pufff...

- Tengo que hacerlo yo?

Bajó más la mirada y empezó a bajarse los leggins grises, cuando llegó a las rodillas, le dije.

- Suficiente, las braguitas también. 

Me miró un momento poniendo morritos. Le devolví la mirada sería. Y las braguitas acabaron también en sus rodillas.


- Ahora manos sobre la cabeza y no hace falta que vayas al rincón, aquí en medio plantada hasta que me ocupe de ti, me voy a la ducha.

El rincón es muy vergonzoso, pero de cara a la pared tiene cobertura, en cambio, en el centro del salón con la ropa bajada y quieta aún es peor, nada tapa delante, ni la cara. 

Me levanté, me acerqué le di un cachete fuerte así de pie en cada nalga y le dije.

- Ve preparando el culo, que hoy vas a estar de pie mucho rato.

Me di una ducha rápida, tampoco quise alargar mucho la agonía. Al salir seguía allí, me senté y la vista era frontal, al revés del rincón. Conmigo llevaba la crema hidratante, que dejé en el brazo del sofá. 

- Bueno jovencita, porque tú comportamiento invita a llamarte así. Quiero ver tu culo en mi regazo bien levantado y expuesto ya. Que de momento mi mano va a tener un larga conversación con el. 

Yo creo que en ese momento a sabiendas que la iba a zurrar bien, el refugio de mi regazo era mejor, que estar expuesta semidesnuda en el centro del salón, así que no tuve ni que repetirlo, de inmediato se acomodó sobre mis rodillas para recibir el castigo. Nada más ponerse cogí la crema hidratante, eché un chorrito de crema en cada nalga y lo extendí bien. Cuando terminé, empecé a azotarla cómo era directamente sin protección, fui bastante progresivo, cuando ya se había secado la crema y tenía ya la piel rosada, volví a ponerle y entonces seguí la azotaina, ya a ritmo constante sin progresividades, ritmo constante y viendo como la piel le pasaba del rosado al rojo intenso en cuestión de unos pocos minutos, hasta que me detuve. 

- Levanta

Lo hizo, se quedó parada frente a mí.

- Ponte ahí donde estabas antes de rodillas. 

Resopló, pero lo hizo su culo ya estaba en suficientes líos como para ganarse más. Arrodillada espalda erguida y manos sobre la cabeza. Me levanté, fui a la habitación y de vuelta venía conmigo el cinturón de piel de búfalo, bastante ancho y pesado. Lo doblé, le hice estirar los brazos adelante con las palmas hacia arriba y juntas se lo puse ahí y se lo hice sostener hasta el momento de usarlo.

El momento fue unos minutos más tarde, antes puse uno de los cojines sobre el brazo del sofá. La hice levantarse sosteniendo el cinturón, que me lo diera y le señalé el brazo del sofá. Sabía perfectamente que era mi lugar favorito para usar el cinturón. Pubis sobre el brazo, que encima el cojín levantaba más, piernas juntas y manos metidas bajo otro de los cojines.

Dejé el cinturón un momento en el respaldo de un silla, cogí la crema y volví a aplicarle bastante crema en las nalgas. Entonces le dije.

- Te voy a dar dos docenas, la primera por no cumplir tu promesa, la segunda por no decir la verdad de buen principio y las vas a contar en voz alta.

Cogí el cinturón, lo doble a la medida poniéndolo sobre el culo rojo.

- Estás preparada?

-....si

Levanté el cinturón por encima del hombro y de un golpe seco lo dejé caer sobre su culo, ya caliente y "engrasado" eso hizo que aún fuera más sonoro, esperé a escuchar el uno, antes de volver a armar el brazo y dejar caer un nuevo golpe. 

La primera docena, fue lenta y espaciada, al terminar, en su piel ya se dibujaban algunas franjas del cuero...antes de empezar la segunda, volví a ponerle crema. Pero la segunda docena fue muy diferente, los doce le cayeron seguidos y sin darle tiempo al respirar, eso hace que el escozor sea como acumulativo y cuando cesan es cuando se sienten en toda su intensidad.

Al terminar volví a dejar el cinturón sobre la silla. La dejé allí tumbada sobre el brazo del sofá, con el culo cubierto de franjas rojas. Fui al despacho a por el taburete de madera cuadrado. Lo puse en el rincón, la ayudé a levantarse y la llevé hasta el taburete, sentarse sobre la dura madera, recién azotada con el culo desnudo no debía ser muy agradable, una vez sentada mirando a la pared, le di el teléfono y le dije

- Llama a la compañía y soluciona el tema, cuando lo hayas solucionado, te podrás levantar. 

Tuvo suerte y no tuvo que insistir mucho, para que le cogieran el teléfono, si el asesor de la compañía hubiera sabido en qué condiciones llamaba... Solucionado el tema la esperaba con la crema en el sofá. 

La hice ponerse de nuevo en mis rodillas y estuve un buen rato poniéndole crema refrescante y aliviante. Hasta que empecé a hacerle cosquillas con los dedos en los muslos, entonces le separé las piernas y la hice correrse con mis dedos, en la misma posición donde hacia un rato la había castigado.


4 comentarios:

  1. A cualquiera se le olvida algo, que cruel es santi!!!

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  2. Un relato extraordinario.

    Besos.

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  3. En realidad es bastante duro (aparablemente justo) y caliente.
    Sabrosa mezcla de firmeza, complicidad, intransigencia, amabilidad, confianza y erotismo...
    Gracias Santi ! ^^

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