viernes, 13 de agosto de 2021

Las prisas no son buenas

 




" La mayoría de hombres persiguen el placer con tal apresuramiento, que en su prisa, pasan de largo"

No sé de quién es la cita. Pero lleva mucha razón, y me pongo a mí mismo de ejemplo, en el pasado se puede decir que fui así y claro me perdí muchas cosas. Supongo que esto es algo común en especial en la juventud, donde lo físico se impone y es difícil evitar su fuerza, afortunadamente en mi caso supe reconducir.

El placer masculino finalista, es efímero, corto, atado a la biología, concentrado en un punto del cuerpo y necesitado de recuperación más o menos larga para volver a cargar. Esto es así y no lo podemos cambiar biológicamente el hombre es un motor de competición, diseñado para un rendimiento máximo durante un corto periodo de tiempo y con un objetivo. En esto estamos somos poco complementarios con la mujer, que es todo lo contrario, como un motor diseñado para resistir, que cuesta calentar, pero una vez en marcha puede rodar y rodar.

En mi caso en particular, los juegos fueron determinantes para valorar algo que no valoraba, muy probablemente porque tampoco lo había sabido ver; disfrutar y obtener placer más allá del orgasmo y sobre todo disfrutar de la excitación, del juego. El orgasmo implica el final de la excitación al menos temporal y vuelta a empezar, la excitación la puedes alargar y alargar hasta el punto que sea dolorosa. Pero a medidas que subes el nivel de excitación, es cómo subir una escalera, hay un especie de rellano placentero antes de seguir subiendo.

Esa es un parte del placer más allá del orgasmo, la otra tan o más gratificante es el placer de dar placer y excitación, es un gozo diferente, muy mental y de sentidos. El tacto de la piel caliente, la humedad, los sonidos...todo eso va estimulando la mente, masturbándola y haciendo que siempre pida un poco más. Para lograrlo la prisa no tiene sentido, es un proceso que requiere de su tiempo y de saborear cada momento, desde la seducción previa, hasta el final dónde si puede tener su sitio el placer finalista del orgasmo. Pero entre uno y otro hay una serie de pasos intermedios que pueden alargarse a gusto generalmente del maestro de ceremonias, que en este caso es el spanker.

Pero aún después del orgasmo, pueden haber más gratificaciones. En todo este tiempo jamás he visto nunca una cara de dolor o más bien de sufrimiento. Las he visto de sorpresa, de temor incluso, de súplica, pero siempre antes de... Después siempre he visto la misma cara una mezcla de expresión de placer y trance o colocón, que nunca antes fuera de esto había visto.

Los juegos me han enseñado muchas cosas, tal vez una de los aprendizajes más interesantes haya sido este; aprender que el placer y las prisas no casan bien.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

"

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...>