jueves, 29 de octubre de 2020

¿Cual es el objetivo de las peleas de almohadas?

 



Esta pregunta se la hace Jillian Keenan en el libro: Sex With Shakespeare. Para mi el libro que mejor trata esta fantasía, además lo hace desde la propia experiencia personal de la autora y todo el camino que tiene que realizar para liberarse de prejuicios propios y externos y disfrutar de su sexualidad particular. Os dejo un enlace de donde encontrar el libro en Amazon, el problema es que a día de hoy, solo está la versión original en inglés.

Sex with Shakespeare

Voy a poneros algunos fragmentos del libro en colación a la pregunta del título de la entrada y luego doy mi visión.


"Egoísta, cruel, ridícula y patética. Cuanto más duro más te adularé. Bajo esa apariencia de sumisión capaz de aceptar el cruel castigo, en realidad se esconde la fiereza y determinación de quien sabe lo que quiere y es imparable. La spankee seduce e invita al spanker a que ejerza y la castigue porqué es lo quiere"


"El despojo de control es al inicio de la escena en contra de lo que pueda parecer a medida que avanza la escena, es la spankee con su actitud quien va marcando el ritmo".


"No es la spankee quien confia ciegamente en el spanker.  Es el spanker quien confía ciegamente en las señales que le transmite la spankee"

"El spanker respeta. La spankee provoca, falta al respeto, busca reacción"


¿Qué tendrá que ver esto con las peleas de almohadas? os preguntaréis, pues guarda mucha relación, en el fondo el spanking es como una inocente y divertida pelea de almohadas, pero algo más picante y adulta. 

Las peleas de almohadas son frecuentes, en la adolescencia y preadolescencia, es una época vital donde la persona tiene mucha energía acumulada y a la vez también mucha confusión, su cuerpo cambia y sus deseos toman una forma distinta y desconcertante. Las peleas de almohadas cumplen dos funciones al respecto. Por una parte gastan energía y por la otra son una vía de escape a esa frustración acumulada de no saber interpretar aun del todo ciertos deseos que empiezan a nacer. Pero es que además tienen el añadido de canalizar la agresividad derivada de todo eso, en una actividad que permite ser agresivo sin dañar.

Y aun hay más y para mi algo fundamental, es una forma de dirimir jerarquías y autoridad. En una pelea de almohadas quien tiene la autoridad y el control suele ser el menos agresivo, aguanta las embestidas y cuando decide se hace con el control.

Por eso el juego es como una pelea de almohadas, permite todo lo anterior y si hacemos el símil, el spanker es la autoridad en esa pelea de almohadas, aguanta estoicamente los almohadazos de la spankee sin apenas revolverse, simplemente alimentando ese juego, haciendo que suelte energía y frustración, para en un determinado momento, dar el golpe de autoridad, hacerse con el control de la escena ante el gozo de la spankee que es lo que está buscando.

Desde luego el símil de la autora es muy acertado. Un día escribiré un relato basado en una anécdota personal de una guerra de almohadas y como terminó.




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