domingo, 2 de agosto de 2020

Las 4 razones.












Cuando llegué a casa esperaba encontrarla allí, llevaba una racha de trabajo acumulado encima y varios días quejándose que necesitaba descansar y por eso me extrañó que no estuviera cuando hacía un rato me había dicho que en cuanto saliera de trabajar a casa, que necesitaba descansar. Pensé que le habría surgido alguna de sus historias y no le dí más importancia. Hacía un día de calor insoportable, así que me di un ducha me puse cómodo y me apalanqué en el sofá con un cervecita helada. Apenas le había dado el primer trago cuando escuché el ascensor pararse, ya antes de entrar supe que era ella por el taconeo de sus pasos. Se abrió la puerta y los pasos siguieron hasta el salón, dónde yo estaba plácidamente disfrutando de mi cervecita helada. Iba arreglada, vestido, zapatos de tacón, algo de maquillaje, vamos que no venía de hacer la compra del súper, además llevaba una bolsa de tienda de ropa, que dejó sobre la mesa resoplando.

-Puffff que calor!!!!!!! me ahogo

La miré y puse mi media sonrisa de lado antes de decir.

-¿No estabas agotada y necesitabas descansar?
-Lo estoy, lo estoy
-Ya veo...
-Mira, no empieces, que entre el calor y una cosa y la otra no estoy hoy para sermones.

Aquella respuesta tan cortante  si me puso en alerta,  algo maquinaba aquella cabecita, iba a responderle pero no me dio tiempo.

-Voy a quitarme esto y ponerme cómoda también.
-Muy bien

La escuché meterse en el baño, ducha rápida, mientras me terminaba la cerveza, apareció ya vestida también cómoda de estar por casa, un pantaloncito corto, una camiseta de tirantes y se apalancó a mi lado, poniendo las  piernas encima de las mías, que de inmediato empecé a acariciar, me encanta el tacto suave, con esa mezcla de olores, a gel, cremas y demás, la miré.

-Muerta...
-Tanto no lo estarás si has salido
-Joder pesado, he bajado un momento a tomar una caña, con una compañera, ahhhhh por cierto he visto una cosa en una tienda y no he podido resistirme.
-¿Más ropa?
-Mira que eres gruñón!!!!! si me lo he comprado para ti
-¿Para mi? ¿no estarás intentando comprarme?
-Que idiota eres a veces....
-Bueno si es para mi, me lo podrías enseñar al menos
-Ahhhh no chico ahora ya no, si fueras más amable me lo pensaría.
-Bueno voy a por otra cervecita ¿quieres?
-Venga

Me levanté y al pasar por la bolsa de la tienda que colgaba de la silla, metí la mano y saqué su contenido, era un pantaloncito corto, muy corto, de adolescente, muy extremado.

-Esto, es para estar por casa imagino
-Ni hablar, igual mañana lo estreno para ir a trabajar....
-Podrías probártelo antes ¿no?
-Si ya me lo he probado, el problema es que depende como se me ve medio culo e igual no puedo ponerme nada debajo

Me sonrió con picardía.

-Ya...
-Pues eso mañana lo ves, así voy fresquita.

Lo dejé y me fui a por las cervezas, algo me decía que me estaba vacilando y pensé para mi: "quieres jugar, pues juguemos". De vuelta nos tomamos la cerveza charlando, lo cierto es que si llevaba una paliza encima y además con el tiempo he aprendido que es acumulativa, vamos que va cargando y carrgando hasta que explota, pero a la vez iba maquinando y cuando nos terminamos la cerveza le dije.

-¿Te hace un masaje desestresante?
-Mmmmmm eso se pregunta
-No sé, con los humos que has llegado mejor preguntar.
-Lo dicho idiota al cuadrado
-Venga tira para la cama, voy a buscar el aceite

Cuando entré en la habitación estaba tumbada boca abajo en la cama, se había quitado la camiseta y solo llevaba  puesto el pantaloncito de estar por casa, dejé el bote de aceite en la mesilla y metí las manos por la cintura del pantaloncito tirando despacio de el para que fuera descendiendo por las piernas hasta quitárselo del todo.

-Ya que nos ponemos, que se completo ¿no?

No dijo nada, le aparté el pelo hacia un lado para dejar la nuca libre, cogí el aceite y dejé caer un chorro generoso que empecé a resbalar por su espalda, hasta que mis manos lo frenaron y empezaron a extenderlo por toda la espalda, y ya entonces empecé con el masaje, nuca y cuello, hombros, brazos, incluso me entretuve un rato con las manos y los dedos antes de seguir con la espalda, omoplatos, dorsales, lumbares, todo bien amasado, sin prisa. De ahí salté a las piernas empezando en sentido inverso, desde el talón para ir subiendo, gemelos, rodillas, muslos, pero quedándome siempre en la frontera del nacimiento de las nalgas. Entonces cogí uno de los almohadones,  no hizo falta decir nada, arqueó un poco la espalda y separó las piernas, el almohadón fue bajo su vientre y un chorro de aceite en cada nalga que empecé a extender con mucho mimo, suave, para poco a poco hacer más intenso el masaje, cuando justo frotaba mis manos en el final de los muslos y el nacimiento de los glúteos, su piel reactiva se erizaba, jugué  un rato con sus nalgas, me encantan, tamaño ideal, textura perfecta, sensibles, hasta que volví a coger el aceite de masaje, apunté bien la dirección del chorro a allí donde ahi ese canal que divide los dos globitos carnosos, dejé que el mismo resbalara y entonces el masaje empezó a ser más perverso, buscando ya zonas más sensibles, la cara interna de las nalgas, alrededor del ano, el perineo, pero si llegar aun al sexo, uno minutos estimulando toda esa zona, hasta que le dije:

-Habrá que terminar como merece ¿no?

Un suspiro fue la única respuesta, mis dedos empezaron a investigar ese otro surco que divide sus labios, ahí ya no usé aceite, el natural era suficiente para que resbalara perfectamente, y empecé a jugar despacio pinzando los labios con pulgar e índice muy suavemente y subiendo y bajando, cambio de lado, buscó y encuentro el clítoris duro hago circulitos alrededor despacio, escuchó su respiración acelerarse, se mueve un poco y más cuando le meto índice y corazón  en forma de gancho, palpo y encuentro esa zona rugosa del canal ahí hago presión hacia abajo a la vez que lentamente fricciono con la yema de los dedos, el pulgar me llega al clitorís y el mismo vaivén de los dos dedos de dentro lo transmito con el pulgar al botoncito hinchado, no tengo prisa espero que sea ella quien marque el ritmo ya no puede estar quieta empieza a mover las caderas, en el mismo sentido que yo los dedos, sin decir nada me dice que vaya más rápido y así nos coordinamos, yo sigo el ritmo que me marca ella con sus movimiento de cadera, más rápido y más, ya no respira jadea, punto de no retorno, notó como se le contraen los músculos, como me aprisiona los dedos, eso hace que aun acelere más, hasta que explota en un orgasmo largo...

Aun jadeante saco los dedos, cojo el aceite y vuelvo a echar sobre las nalgas, extiendo mientras recupera el aire y la normalidad, sigo acariciando...

-¿Que? más relajada
-Joder.....eres un cabrón cuando quieres...

Sigo un par de minutos, entonces se levanta, yo me siento en la cama esta de pie frente a mi, la cojo de la cintura, la miro, me sonríe....cambio la mirada, movimiento rápido e inesperado, la hago caer sobre una de mis rodillas, rápido pongo mi pierna izquierda sobre las suyas, para evitar que las mueva, intenta llevar sus manos a atrás, error, eso me permite sujetarlas con mi mano izquierda contra su espalda intenta zafarse, pero la tengo, protesta.

-¿Y esto? Suéltame no tiene motivos
-¿No?....estás muy equivocada, tengo varios y como tengo varios esto va a ir por etapas y en cada etapa te voy a contar el motivo.

Sigue intentando escapar cuando empiezo a azotarla con la mano, todavía tiene el culo empapado de aceite de masaje, con lo que cada azote resulta aun más sonoro, quiero que se rinda, por lo que empiezo fuerte y rápido, todavía lucha un par de minutos hasta que se relaja, cuando empieza a relajarse, hago una primera pausa, ya tiene el culo seco y algo coloreado, sin soltarle las manos aun, cojo otra vez el aceite, le hecho un par de chorros, lo extiendo y le digo

-De ti depende, si tengo que estar luchando, esto va para largo.

Y continúo ahora igual no tan rápido y fuerte, pero a ritmo constante, alternando cachete y cachete y más larga, poco a poco va cediendo la resistencia, aunque aun tengo las manos sujetas contra su espalda, ya no hago fuerza y las piernas también se han relajado, paro y hago una prueba,  quito mi pierna de encima de las suyas, no hay resistencia, entonces también suelto las manos, las lleva hacia delante y las mueve, la cojo por la cintura y pongo su cuerpo encima de mis dos piernas, con el culo bien expuesto y ya bien rojo, lo acaricio está seco, al pasar la yema de los dedos se le eriza la piel palpitante y caliente.

-No tengo un motivo, tengo cuatro. El primero me prometiste descansar y te vas de compras, el segundo tu actitud vacilona desde que has llegado y el tercero en un rato lo sabrás.

Le doy una docena más de palmadas y entonces le digo que se levante, en cuanto lo hace la cojo de la mano, ella está totalmente desnuda y la llevo hasta el salón, directa al rincón de pensar, la dejó allí manos encima de la cabeza, nariz pegada a la  pared.

-El tercero lo sabes tu mejor que yo, así que ve pensando en el, además no será que no hemos hablado de el.

Me siento en el sofá, me enciendo un cigarrito me lo fumo tranquilo y al terminar le pregunto.

-¿Bueno que, nada que contarme?
-Es que no se de que me hablas
-¿Seguro?
-Segurísimo
-Vale, pues nada, ya puedes venir

Se da la vuelta y viene hacía mi, algo ruborizada, pero con es cara de jugar aun dibujada y entonces le digo

-¿Viniendo de trabajar que te ha pasado?

Le suben los colores de golpe

-Puffff como lo sabes?
-Pufffff porqué solo a una cabecita como la tuya se le ocurre dejar la notificación de la multa en la bolsa de la tienda, o igual querías que te pillara....
-Pero si han sido apenas 20km/h....
-Tu sabrás, pero te avisé no quería más multas y menos por velocidad
-Joder si no me entero, ya sabes coche nuevo...
-Bueno, igual una buena ración de cepillo, te hace estar más al caso. Ya sabes, trae el cepillo
-Pfffffffffff mañana trabajo....
-Ya ¿y? ¿voy a buscarlo yo?

Resignada y rendida va al baño, yo me coloco bien, pongo un par de cojines en mis piernas, de vuelta trae el cepillo de madera cuadrado, me lo da. Le indico mis piernas, se tumba boca abajo sobre ellas, los cojines exponen aun más su precioso culo ya rojo, cojo el cepillo lo paso por su piel caliente, para que note su textura, se que en el fondo es lo que más teme. Otros instrumentos igual pican más, pero sabe que voy a limitarme a un número, con el cepillo y en mis rodillas, puedo alargar y alargar, aumentar y disminuir, hacer pausas, acariciar y volver a empezar y sabe que perfectamente que va a acabar con el culo marcado unos días. 

Empiezo muy lentamente y suave, casi se podría decir que golpecitos y de repente cambio el ritmo, con el cepillo no es cuestión de dar muy fuerte, es mas ritmo e insistencia, muy fuerte llegas al límite enseguida y no deja de ser algo rígido y duro,  quiero que pique, no hacer daño. Así que voy jugando a eso, a cambios de ritmo a bajar y subir la intensidad, a hacer pausas y acariciar, a repartir bien por todo y todo incluye la cara interna de las nalgas muy sensible. Llevo ya un buen rato con ese juego, en sus nalgas hay el dibujo de dos grandes círculos rojos, mas oscuros cuanto más el centro del círculo, le doy un respiro, la acaricio de nuevo y justo cuando empieza a relajarse, cojo de nuevo el cepillo y una tanda rápida y fuerte justo ahí en la arruguita del culo con los muslos, hasta que tensa las piernas. Dejo el cepillo, la dejo un rato que sienta el picor del castigo, le acaricio los muslos, pero no el culo, así un par de minutos, hasta que le separo las piernas, llevo toda la mano al coño...

-Vaya señorita, el calor se transmite veo

Se las separo aun más y empiezo a darle desde atrás en mis rodillas palmaditas en el coño, se que eso aun la excita más, que los golpecitos hacen fluir la sangre hacía ahí, creo que podría hacer que se corriera así, pero en  un determinado momento paro y la vuelvo a masturbar castigada en mis rodillas, me encanta hacerlo así, con el culo recién azotado, no me cuesta mucho que vuelva a correrse, ahí en mis rodillas con el culo rojo y marcado.

Cuando termino, la hago ir a guardar el cepillo y a por la crema, una cosa lleva a la otra y terminamos otra vez en la cama.

A la mañana siguiente, ella estábamos desayunando antes de ir a trabajar, me dijo que se iba a vestir y se fue para la habitación, entonces entré yo y le di el pantalocito mini que se había comprado, me miró extrañada.

-¿No te lo ibas a poner hoy?
-No se igual se ve algo
-Pues haberlo pensado antes, póntelo y sin nada debajo

Se lo puso, se dio la vuelta, sonreí y le dije.

-Mira de no agacharte mucho, hay unos moratones ahí sospechosos.
-Que cabrón eres y como disfrutas
-¿Y tu no?
-Por cierto, cual era el cuarto motivo?

Me acerqué, metí las dos manos por debajo del pantalón agarrándole  las nalgas y le dije.

-Perturbarte todo el día, vigila al cambiarte que nadie te vea el culo o te van a hacer muchas preguntas.

Pasé un dedo por el sexo antes de sacar la manos.

-Y bebe líquido me da que vas a perder mucho

Continuará....


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