miércoles, 15 de agosto de 2018

En tren mucho mejor que avión.





Se habían conjuntado los astros para una serie de casualidades, ella volvía de un viaje relámpago y su vuelo aterrizaba en Barcelona y yo a la vez tenía que ir Madrid a resolver un asuntillo, así que ya habíamos decidido que ella me acompañaba a Madrid desde Barcelona y ya después volveríamos a destino, yo me había encargado de los pasajes y fui a recogerla al Prat a la T2. Cuando la ví a aparecer estirando del trolley levanté el brazo me vio y se acercó, me dio un beso y se puso a despotricar.

-Pufff hoy estaban pesaditos en el control de  llegada un poco más y me dejan en bragas...
-Ya sabes va a días, pues yo tengo magnetismo o algo.
-Es lo que tiene ser guapa jejeje
-Eso encima riete. Vamos a tomar algo no?, a que hora tenemos el vuelo?
-Vuelo? tenemos que ir a Sants, vamos en AVE.
-Joder has pillado billetes de tren
-Si claro.
-Pues no lo entiendo ya que estamos aquí y tardamos menos.
-Pues no te creas, al menos tendríamos que esperar hora y media y luego de Barajas al centro, con el AVE, nos deja en el mismo centro y en tres horitas o menos estamos allí, así que venga para el coche que vamos justos.
-No se porque te hago caso...
-Alguna objección ?
-Si la hubiera es tarde pero la próxima vez reservo yo.

Total que un poco a regañadientes, pero nos montamos en el coche y camino de la estación de Sants, allí dejamos el coche en el parking y entramos en la estación, con poco más de 20 minutos de margen, así que no nos dió tiempo a tomar nada, eso si el trámite de control mucho más rápido que en cualquier aeropuerto, maletas por rayos X y andando.

-Lo ves, aqui no te han hecho desnudar...
-Ya pero ahora tres horas encerrada.
-Tu ya estás acsotumbrada.

Al entrar en nuestro coche primera decepción nos había tocado uno de esos asientos enfrentados con una mesa en medio, osea con menos intimidad es lo que tiene ir a última hora. El tren se puso en marcha puntual y fue avanzando rápido, Tarragona, Lérida-Pireneo y tras atravesar a toda velocidad los Monegros Zargoza-Delicias, mitad de camino hecho, ella había estado medio adormilada y silenciosa, cuando el tren volvió a arrancar de nuevo, le dije.

-Vamos al coche bar?
-Venga si

Solo tuvimos que atravesar dos vagones hasta llegar al coche bar, yo pedí una cerveza y ella un refresco y nos apalancamos en una de las pequeñas barras junto a la ventana, empezamos a hablar de como había ido el viaje hasta que en determinado momento se puso juguetona, vamos provocativa, por ejemplo frotando con su pierna mi entrepierna mientras ponía esa sonrisa de pícara tan suya, en otro momento no me hubiera importado, pero el coche bar estaba lleno y cada vez era más descarada.

-Para ahora no es momento...

Entonces me susurró al oido.

-Te dije que era mejor el avión, el tren no me digas porque debe ser el traqueteo pero me pone muy muy cachonda ¿no lo quieres comprobar?.

En ese momento me cogió una mano y la llevó a sus piernas debajo del vestido. Y entonces le susurré yo.

-Para ya, nos están mirando....
-Aguafiestas

Entonces justo cuando iba a darle un trago a la cerveza, me dio un golpecito e hizo que me la derramase, me la quedé mirando como diciendo ¿que haces? y empezó a reirse a la vez que salió del coche bar camino del asiento. Yo cogí una servilletas de papel para secarme, pero por mi cabeza empezaron a pasar mil ideas de como enseñarle una lección de modales a la señorita provocadora. Un par de minutos después tomaba sitio a su lado, ella al verme volvió a sonreír y me dijo.

-Hueles a cerveza.

Ante el asombro de los otros dos compañeros de viaje de enfrente, la miré, con esa mirada de hoy te vas a la cama calentita en cuanto tenga  ocasión y no contesté. Se hizo el silencio unos kilómetros más, solo de vez en cuando al mirarla volvía a ver esa sonrisa de satisfacción en plan, ahora no puedes hacer nada. Pero un poco antes de la parada en la estación de Guadalajara, me levanté del asiento hurgué en mi maleta que había en la estantería de encima saqué algo que me puse en el bolsillo y me volví a sentar, me metí la mano en el bolsillo saqué lo que llevaba envuelto en mi puño, cogí una su mano y disimuladamente la llevé a mi pierna y a la vez que le daba aquello que llevaba escondido le susurré.

-Cuando paremos en Guadalajara ve al baño, te lo pones y te quitas las braguitas, cuando vuelvas a sentarte me las das....querías jugar no?.

Lo que habia puesto en su mano era un plug pequeño metálico, con forma de pica pero mucho más romo y en vez de liso con ondulaciones. El tren empezó a frenar, ella se había puesto roja tenía el puño cerrado encima de la mesa, al detenerse me levanté para que pudiera salir y lo hizo salió y camino por el pasillo hasta el baño del tren, yo me senté ahora en el asiento de más hacia la ventana, cuando el tren volvió a arrancar la vi andando por el pasillo, hasta sentarse disimuladamente pero con una sonrisa juguetona por debajo de la mesa, me acercó su mano que busqué con la mía y se produjo el intercambio sus braguitas aun calientes fueron a parar a mi mano y de ahí a mi bolsillo, ella se había cruzado de piernas y yo le acariciaba las piernas desnudas.

Finalmente el tren se detuvo en Atocha, todo el mundo empezó a levantarse a recoger maletas, pero nosotros seguimos sentados, solo cuando el tren empezó a vaciarse ella se levantó y yo detrás cogimos las maletas y salimos, caminamo en silencio por el andén subimos a las escaleras metálicas, y mientras subiamos le puse la mano en el culo....

-Estás muy callada?
-Y tu hueles a cerveza
-Sobre eso tenemos que hablar en el hotel.

Llegamos al piso superior a las vías y nos dirigimos a la salida, al salir  un golpe de calor, buscamos un taxi cargamos las maletas y nos sentamos en el asiento de atrás le dimos al taxista la dirección del hotel y se puso en marcha, ella había vuelto a cruzar las piernas, pero metí mi mano entre pierna y pierna haciendo fuerza, me miró.

-Abre las piernas -le susurré al oido suave pero firme-

Dudó el taxista nos podía ver por el retrovisor, pero lo hizo poco, pero suficiente para meter la mano debajo del vestido buscando su sexo, lo eencontré y empecé a acariciarle muy suavemente la parte externas de los labios, en ese momento el taxista intentaba entablar conversación, lo típico que si mucha calor, que de donde éramos, yo le contesté como si nada mientras comprobaba que el plug estuviera en su sitio, apretando con el dedo hacía dentro la piedra que hacía de tope y al subir pasaba el dedo entre sus labios para mojarlo y acto seguido llevármelo a la boca mientras la miraba para terminar susurrándola.

-Estás saladita, lástima que cuando lleguemos primero la obligación y después el placer.

A lo me contestó

-Sigues oliendo a cerveza...

Llegamos a destino un hotel entre Goya y O'Donnell, el taxista nos dejó en la puerta hicimos el chek-in nos dieron la llave y directos al ascensor, por desgracia con compañía, unos turistas americanos o ingleses, pese a ello, metí mi mano por detrás del vestido acariciándole el culo desnudo y templado no por mucho tiempo. Llegamos al piso y por el pasillo hasta la habitación, con ese olor tan típico a hotel, entramos en la habitación. Un pequeño pasillo a la derecha del cual estaba el baño y la habitación con una gran cama de matrimonio, escritorio con una silla, armario, un par de sillones y una especie de banqueta acolchada baja, sin tan siquiera dejar las maletas en el armario ella se sentó en la cama...

-Pufff que ganas tenía de quitarme estos tacones.

Y yo me quitaba a la vez la camiseta.

-Y yo esta camiseta con ese olor a cerveza impregnado.

Ya descalza ella echó el cuerpo hacía atrás apoyando la espalda en la cama, y los pies en el suelo.

-Que ganas de descansar, menudo palizón de kilómetros llevo hoy.

Yo cogí la curiosa banqueta bajita de esas de ponerse los zapatos y le dije:

-No te hagas la loca, quiero ver tu culo en mis rodillas para pasar cuentas con el del incidente del tren antes que cuente a diez....uno, dos, tres....

Se levantó resoplando.

-Venga va solo ha sido una broma, además después de he hecho caso, en el tren y en el taxi..
-Cuatro, cinco, seis, siete....
-No podemos negociar...
-Tarde para negociar.

Fue rápido tirón del brazo y a mis rodillas, como la banqueta era baja, la posición no era del todo incómoda ya que la cabeza no lo quedaba muy baja y el cuerpo no excesivamente doblado, sin más explicaciones le di una tanda rápida de azotes encima del vestido, rápida pero corta de un  minuto como mucho, antes de levantárselo, ahí protestó algo y se movió pero un poco de contención de manos y piernas y se relajó, lo primero que hice fue con un dedo de la mano izquierda fijar el plug apretando hacía dentro y entonces con la derecha empecé a zurrarle bien el culo alternando nalga y nalga a buen ritmo, si ya en un piso es escandaloso en un hotel aun más, el plas, plas rítmico se podía escuchar seguro desde el pasillo y desde las habitaciones contiguas, pero me dio igual seguí con la azotaina, que nos pudieran escuchar aun le daba más morbo a la situación y la idea que al salir de la habitación tropezaramos con un vecino de habitación me era muy morbosa, así que seguí me encanta el tacto de los azotes con la mano, como azote tras azote vas notando como sube la temperatura y el color de la piel, el sonido, la sensación de picor y hormigueo en mi mano, las vibraciones que se extienden, el brillo de la humedad entre sus labios vistos desde atrás y como estos se hinchan y enrojecen de la excitación. Hice un par de pausas de recuperación que digo yo, de las que mantienen el culo "vivo" y evitan que se acabe entumecido en insensible, pero fue una azotaina a mano larga de esas que dejan el culo del color de una cereza en el punto.

Entonces paré, la hice levantarse y le indiqué la cama, cuerpo sobre la cama piernas estiradas tocando el suelo y culo expuesto, mientras me desabrochaba el cinturón le dije que se levantase el vestido que al ponerse de pie había vuelto a caer, me saqué el cinturón del pantalón, lo doblé a la medida exacta, para que al caer sobre su culo, cogiera justo las nalgas y no envolviera la cadera y le pregunté.

-¿Cuantas paradas hay desde Barcelona a Madrid?
-Puffff vaya pregunta ahora.
-Tarragona, Lerida, Zaragoza, Guadalajara, osea 4....así que para que aprendas a comportarte en el tren serán 4x10=40, 20 de cada lado así igualamos. Los vas a contar en descendente, del 40 al 1 como en la radio, si te equivocas, volvemos dos atrás...Cogí el cinto que habia dejado encima de su culo encendido y el primer azote corto el aire y se estrelló contra su piel....Un suspiro de queja y de sus labios salió la palabra cuarenta, a la que siguieron treintaynueve, treintayocho, así hasta veintiuno. Entonces me puse en el otro lado a mano cambiada, el truco es coger la punta doblaba del cinturón con la mano buena así diriges el golpe a la perfección y sin mucha pausa, 20, 19, 18......3, 2 y 1 con un largo suspiro de alivio....dejé el cinturón a un lado de la cama, le froté despacio ambas mejillas que de color cereza al punto, habían pasado ya a color cereza muy madura, un par de minutos de caricias y me levanté, cogí la banqueta que había usado para la zurra a mano y la puse justo a un palmo de la puerta, la ayudé a levantarse cogiéndola de la mano y la acompañé hasta la banqueta.

-Yo ahora voy a lavar la camiseta en el baño, mientras te subes de rodillas a la banqueta, pones las manos encima de la cabeza y miras un rato la puerta, a ver si así controlamos ciertos impulsos. Protestó pero lo acabó haciendo, al colocarse lo único que hice fue levantar el vestido y enrollarlo por encima de la cintura, mientras lavaba la camiseta en el lavabo podía verla alli quieta e inmóvil como  una niña traviesa castigada, al terminar colgué la camiseta de la mampara de la bañera para que se secase, me fui hasta la maleta, y cogí algo, me acerqué a ella que seguía alli de rodillas encima de la banqueta mirando la puerta, lo primero que hice fue comprobar con mis dedos entre sus piernas, jugando con los dedos entre los labios para terminar metiendo dos...luego deje caer un poco de lubricante justo en medio de las nalgas, el plug llevaba ya mucho tiempo ahí alojado era el momento de sacarlo despacio, al sacarlo apoyó las manos contra la puerta, era el momento también de quitar la banqueta...

-Bueno si después salimos a tomar algo, habrá que buscar una terracita con las sillas cómodas, es lo que tiene portarse mal...

Con las manos apoyadas en la puerta y ya sin la banqueta, estiré su cintura hacia detrás, yo terminé de desnudarme, me lubriqué la polla totalmente erecta y aproveché que el plug había dilatado su culo, para buscarlo con mi polla.

-Te voy a follar el culo y tal vez después si te portas bien podrás tener placer...

Despues del rato de plug, no me costó mucho que mi polla entrase en su culo, entonces la cogí de la cintura y empecé a embestirla hacia la puerta despacio primero y aumentando el ritmo después, entre gemido dijo algo que no entendí y sin parar le dije que repetiera...

-Puedo tocarme...por favor..
-No se, no se....la vuelta la haremos en tren también y no quiero que te de por jugar y no sepas controlar...
-Controlaré te lo prometo, aunque te aviso el tren me pone cachonda

Yo mismo le cogí la mano derecha y la llevé a su coño, a la vez que empezaba a moverme más rápido, nos corrimos casi a la vez, sus gemidos seguro que se escucharon por todo el pasillo de la planta del hotel....

Después una ducha relajante y antes de vestirnos para salir, un buen masaje y cremita para aliviar un poco ese culo travieso.

Continuará....



No hay comentarios:

Publicar un comentario

"

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...>