martes, 1 de mayo de 2018

Fluir (La libreta XVI)





Viernes a mediodía acababa de comer y me estaba tomando el café, pensando ya en el fin de semana, cuando sonó el teléfono, era ella.

-Hola!!!!
-Hola que pasa ya tienes ganas de mi?
-Idiota, no era para recordarte que cuando llegues no estaré, tienes llaves ¿no?.
-Me lo parece a mi ¿o esto ya lo hemos hablado?
-Ya se que lo hemos hablado pero por si acaso.
-Pues no te preocupes si tengo llaves
-Perfecto, llegaré pronto y no conduzco.
-Vale pues, entonces te espero despierto.
-Vamos yo creo que antes de medianoche ya estoy en casa
-No le des más vueltas y pásalo bien.
-Gracias!!!! no coduzco,  nos vemos en rato
-Eso

Ya sabía desde hacía días que aquel Viernes iba de cervecitas y picoteo con las compañeras de trabajo, ya lo habíamos hablado, además no era la primera vez y yo tenía llaves así que ningún problema, ya vendría.

Terminó la jornada y puse rumbo a su casa, aunque no tenía tanta prisa ella no iba a estar, cuanto antes llegase mejor, me quitaba el viaje de encima y descansaba. Llegué sobre la hora habitual, y cuando llegué la casa estaba vacía. Dejé mis cosas y lo primero que hice institivamente fue revisar que todo estuviera en orden y lo estaba además concienzudamente, la habitación impecable, el baño perfectamente recogido, lo cual no era muy normal cuando salía, incluso la cocina estaba impecable, me reí y pensé: "No me lo piensas poner fácil", tampoco en la libreta había ninguna anotación, pero quedaba mucho fin de semana por delante.

Me puse cómodo y me apalanqué en el sofá, llovía a cántaros, se le había dado aquel año por una primavera lluviosa, puse la tele intentando matar el tiempo, al poco me llego un mensaje preguntando si había llegado, le respondí que hacía ya un rato, me dijo que en la nevera había de todo para cenar y le contesté que se olvidase de mi un rato y lo pasara bien, que ya sabía espabilarme solo. Fueron pasando las horas y me entretuve viendo un par de documentales, cuando empezaba a entrarme el sueño me llegó un mensaje.

-Ya estamos en el coche subiendo, un cuarto de hora y estoy alli ¿estás despierto?
-Si ahora si...muy bien te espero.

Lo cierto es que estaba medio dormido, pero el mensaje me espabiló. Unos 20 minutos después esuché unos tacones subir la escalera, acercarse a la puerta y la llave entrando en la cerradura, una pausa en el taconeo nada más cruzar la puerta y unos pasos mucho más silenciosos, hasta que apareció ella con los zapatos en la mano.

-Es que suenan mucho...
-Que tal? como ha ido?
-Genial, ahora te cuento, déjame que me quite esto.

Se fue para la habitación, pensé que se iba a poner cómoda a desmaquillar y demás, pero apareció de nuevo enseguida, solo se había quitado las medias y sin decir nada se tiró encima de mi que estaba apalancado en el sofá y en un exceso de cariño nada habitual...

-Estabas aburrido?
-Un poco, pero ahora ya no...
-A ver que encuentras por ahí debajo

Descardamente me cogió las dos manos y las puso debajo de la falda, y le hice caso, las subí acariciando la piel desnuda, hasta encontrar los dos globos carnosos y suaves de sus nalgas desnudas.

-No veas con las cervecitas ¿no?.
-Hoy han sido vinos

Tenía el pelo húmedo de la lluvia y empezó a  besarme, impregnándome del sabor a pintalabios, poco podía hacer ante semejante asalto más que dejarme llevar y fluir, los besos y las caricias se fueron haciendo cada vez más lascivos y la tensión del deseo se podia cortar con un cuchillo, no se como acabamos en el suelo siguiendo el ritual de toqueteos que conducía irremediablemente a algo más que caricias y besos. En un determinado momento, ella se quedo arrodillada y yo tumbado, momento que aprovechó para quitarme el pantalón, y sin más me cogió la polla con la mano, se acercó con sus piernas haciendo de puente entre mi cuerpo y se la metió hasta el fondo, quedándose sentada encima de mi con mi polla dentro del calor húmedo de su coño, frotándose contra mi pubis, mientras me miraba con aquellos ojos brillantes y llenos de deseo.

-Ya sabía yo que valía la pena esperarte despierto
-Es que si no, te hubiera despertado
-El vino te pone así?
-Ufffff no lo sabes bien

Tras un rato de frotarse empezó a cabalgarme despacio, yo la cogí con fuerza del culo con las dos manos, ayúdando en el continuo subir y bajar, entre suspiros y gemidos cada vez más acelerados, entonces cambié mis manos de posición las llevé a su cintura ayúndandola en su galope, ella cerró los ojos, la respiración entre cortada los jadeos cada vez más intensos estaba claro que el orgasmo estaba al caer y entonces de repente se quedó quieta, apoyó los brazos en el suelo clavándose mi polla hasta el fondo y noté las contracciones de sus músculos íntimos apretándome la polla entre gemidos y entonces un fluido caliente empezó a mojarme el pubis, entre espasmos, al principio creí que era fruto de un intenso orgasmo, pero continuaba el fluido, la miré y se detuvo, abrió los ojos y se puso roja al instante.

-Joder no se que me ha pasado.....
-¿En serio?

Me puse a reir.

-No me había pasado nunca, es que no he podido controlar....

Sin decir nada más se levantó y salió en dirección al baño, yo me quedé un momento como sin saber reaccionar, entonces me levanté y me fui al baño, allí sentada en la taza haciendo pis o más bien terminando, entonces le dije para romper el hielo que se había formado.

-¿Y si nos damos una ducha?

No me contestó, yo me metí y al poco entró ella no dijo nada, estaba muy avergonzada, intenté acercarme pero no me dejó, simplemente nos dimos una ducha en silencio. Yo salí primero y mientras me secaba salió ella ni me miraba y ahí me di cuenta que solo había una manera de cambiar aquello de raíz, cuando estaba seca se puso las zapatillas e intentó coger el albornoz, pero no la dejé la cogí de una muñeca y desnuda solo con las zapatillas tiré de ella hacía el comedor.

-Tu y yo tenemos una cosa pendiente...

Bajó la mirada y me siguió, o más bien se dejó llevar por mi que tiraba de ella, cuando llegamos al sofá, me senté y sin apenas hacer fuerza y sin resitencia tiré de ella para ponerla en mis rodillas.

-No hace falta que te diga porque estás aquí ¿verdad? y prepárate porque de lo voy a poner tan caliente que se podría calentar la cena en el.

Sin decir nada más empecé a azotarle el culo desnudo, el monótono y continuo "plas, plas" de mi mano azotando su culo, se convirtió en la banda sonora del edificio silencioso a esas horas, despacio sin prisa fui aumentando el ritmo y la fuerza, hasta llegar a un punto en el que cada azote pica y mantuve ese punto un buen rato, viendo a la vez como su piel se iba enrojeciendo cada vez más, ahora el rítmico "plas, plas" tenía el acompañamiento de su respiración que de vez en cuando dejaba escapar algún gemido o resoplido de dolor. Entonces paré y estuve un buen rato en silencio acariciándole el culo muy rojo y caliente ya en absoluto silencio, hice alguna incursión fugaz con mis dedos entre sus piernas y pude comprobar, que a pesar del silencio su cuerpo hablaba por ella. Entonces la hice levantarse, seguia sin mirarme, por lo que me levanté la cogí de la mano y la llevé hasta el extremo del sofá a mi posición de castigo preferida, y allí la puse en ella tumbada sobre el apoyabrazos del sofá. La dejé y me fui a la habitación de vuelta llevaba unos de mis cinturones en la mano, procurando que la hebilla sonase de camino y así supiera lo que iba a pasar, llegúe y doble el cinturón por la mitad, sin soltarlo lo coloqué en su culo desnudo y rojo, varias veces y entonces empecé la segunda parte de la azotaina esta a cinturón, ahora no era el monótono "plas, plas" el ruido que inundaba todo, era el golpe secó del cinturón cruzando su piel y después el silencio solo roto por algún suspiro que se le escapaba, los azotes llevaron siempre el mismo ritmo, un golpe seco de arriba a abajo, unos segundos de tiempo para que sintiera bien el efecto del cuero en su piel y de nuevo armaba el brazo y descargaba el cinturon en su culo desprotegido y expuesto. No se el número de azotes que le di, ni conté, ni la hice contar, pero como fue  una azotaina lenta, estoy seguro que cerca de la cinquentena se llevo, sino alguno más. cuando decidí terminar, dejé el cinturón un momento en su espalda y con la yema de los dedos reseguí los bordes de la azotaina, osea esa zona, donde la piel cambia de color a consecuencia de los azotes, que cuando son con el cinturón suele ser además la zona más perjudicada, como me indicaban los puntitos morados que había en todo ese borde y en algunas zonas de dentro de los límites también, la piel le quemaba, como pude comprobar al pasarle el dorso de la mano por toda la zona. Entonces cogí el cinturón y le dije.

-Siéntate en la esquina del sofá, pon un pie en el suelo y el otro encima del sofá, las piernas bien separadas y el culo en el borde del asiento.

Me miró extrañada como preguntando con la mirada que tramaba. Pero lo hizo, una vez en posición la miré y cogiéndola de la cintura, la empuje hacía delante, llevándola aun más al borde, entonces me senté en la mesilla del café y empecé a enrollar el cinturón en mi puño de tal manera que al final solo quedaba un lengüeta de unos 20 cm de cuero sin enrollar, me di un par de golpes en la palma de la mano para comprobar la eficacia y entonces la miré y le dije.

-Te voy a dar 20 "ahí", así que manten las piernas bien abiertas y no te muevas.

Me agaché, ella cogió un cojín y se lo llevo al pecho apretando con fuerza, que también le tapaba media cara. Apunté bien y le dí el primer azotes, no con mucha fuerza, el objetivo no era hacer daño, solo que ponerselo rojo y que picase un poco y de paso estimular, pero a pesar de eso a cada azote le siguió un gemido y un respingo, al terminar los 20, tenía el coño suave y sin pelo también bastante rojo.

-Ahora te vas a ir un rato al rincón de pensar y cuando quieras hablar, hablamos...

Sin decir nada, aunque resoplando se fue al rincón, manos en la cabeza y la nariz pegada a la esquina de la pared. Yo me senté un momento, me iba a encender un cigarrito pero recordé que había dejado el tabaco en la cocina y ya que iba me lo encendí allí a medio fumar y sin hacer mucho ruido me acerqué de nuevo al comedor, ella no se percató porque al entrar tenía una mano entre sus piernas, que al verme volvió rapido a su posición.

-¿Se puede saber que hacías?
-Pufffff no es lo que parece, es que pica....

Me acerqué a ella le cogí la mano indecente, con mis dedos toqué los suyos, aun húmedos, haciendo el gesto de no con la cabeza, le indiqué el apoyabrazos del sofa, se quejó y se llevó un par de azotes, que entendió y se fue directamente a la posición de castigo de nuevo.  Una vez en posición le dije.

-Ahora termina lo que empezaste
-¿Que?
-Que te masturbes
-¿En esta posición?
-Si

Resopló pero enseguida vi como su mano aparecía timidamente por debajo de su cuerpo entre sus piernas, yo para ayudarla me puse a acariciarle las nalgas castigadas, dos de sus dedos empezaron a entrar y salir de su coño y mientras se masturbaba yo le daba alguna palmada en su culo ya castigado, hasta que se corrió, entonces mientras ella tomaba aire y seguía jugando con sus dedos, volví a coger el cinturón y enrollarlo como antes, dejando solo los 20 cm finales sueltos, me puse de nuevo detrás ella seguía pasándose los dedos por todo el coño y le dije.

-Sepárate bien el culito

Ahí si se quejó y rechistó, un azote en el muslo y entonces vi como se llevaba las dos manos al culo una a cada nalga y las separaba tímidamente. Otro azote y un mensaje muy claro.

-Quiero ese culito bien expuesto

Se quejó pero me hizo caso, sus manos separaron bien las nalgas y dejaron lo máximo expuesto su ano. Y le dije.

-Lo de antes no tiene ninguna importancia, de hecho si te soy sincero, pasada la sorpresa inicial, ha sido incluso muy excitante, que "fluyeses" de esa manera. El castigo era para quitarte la tontería que tenías encima por la vergüenza, pero sabes perfectamente que en el rincón no puedes tocarte y eso si es una norma muy concreta y clara, que tendrá sus consecuencias durante el fin de semana empezando por esta.

Entonces un movimiento rápido de muñeca y el cuero impacto en su ano expuesto, escena que se repetio una docena de veces, como en los azotes entre las piernas el objetivo no era el dolor, sino el morbo de la escena, la exposición, la vulnerabilidad, todo eso...al terminar, dejé el cinturón y le dije que no se moviera, que se mantuviera así bien expuesta con las nalgas separadas, yo fui a por lubricante, de vuelta dejé caer un chorrito de lubricante al agua entre sus nalgas, lo extendí bien con un dedo, hasta que ese dedo se coló en su culo y entonces le dije.

-Que sepas, que lo que queda de fin de semana, este va a ser el único agujero de tu cuerpo que voy a usar, eso como castigo a tocarte sin permiso. Saqué el dedo de su culo, liberé mi polla, la lubriqué también y la llevé a su ano, que ella aun mantenía bien expuesto para mi pase la punta varias veces por toda la zona hasta que ayundándome de la mano apunté bien al estrecho agujero y haciendo fuerza empezó a romper la resitencia, cuando estaba a punto de entrar, me quedé quieto un momento y entonces de un golpe de riñones toda se deslizó dentro de su culo y empecé a follármelo, iba a ser lo único que me iba a follar aquel fin de semana su culo, como castigo por tocarse en el rincón.

Continuará.....

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