jueves, 23 de septiembre de 2021

Una buena cepillada

 




En una entrada de hace unos días, os contaba que los inicios, suelen ir asociados a un exceso de información que hay que digerir.

Recuerdo que en los míos, una de las cosas que más me llamó la atención, fue la cantidad de instrumentos de todo tipo y materiales que pueden llegar a existir. Y muy especialmente al principio, me fascinaron mucho los instrumentos específicos para azotar, esos que hay gente que los llama pervertibles o de doble uso y que yo llamo caseros, cómo que me daban menos morbo, que equivocado estaba.

Enseguida descubrí, que los instrumentos tienen un efecto doble. El físico está claro pero uno aún más importante: el mental y que los instrumentos o su elección deben tener en cuenta ambos factores. Ahí fue cuando descubrí la fascinación que sienten muchas spankers por los cinturones. Es lógico aquí sí hay una tradición oral al respecto y además es una prenda con un halo de masculinidad importante y muy asociada en la tradición a la autoridad paterna, por lo tanto masculina. 

Luego descubrí otra ventaja de los instrumentos caseros, como el cinturón, no tienen que estar escondidos en algún cajón secreto, recuerdo una experiencia, dónde había un cinturón muy determinado, que sólo se usaba para jugar, ese cinturón estaba siempre colgando del respaldo de una silla en la habitación. A ninguna visita le hubiera extrañado verlo, pero ella si sabía porque estaba ahí y cuál era su uso. 

En aquella época descubrí uno de esos instrumentos pervertibles, que nunca me llamó la atención: el cepillo de madera. De hecho incluso lo encontraba cómico y mis fantasías nunca contaban con él. Hasta que conocí a alguien, que tenía cierto fetichismo con este instrumento y más por complacer que por otra cosa, le regalé uno y empezamos a darle uso. Ahí mi percepción cambió absolutamente y hoy en día diría que es mi compañero más fiel junto con el cinturón y la mano por supuesto e imprescindible. No necesito más que estos tres y eso que he probado cantidad, pero me quedo sin dudarlo con estos tres.


Para mi con la excepción de la mano es el instrumento más versátil que hay. Es sumamente manejable, por lo tanto modulable, a pesar de su aspecto que puede parecer inofensivo, puede resultar terrible y dejar un culo marcado días, pero también se puede dosificar muy bien y simplemente enrojecer la piel dando una sensación distinta a la mano. Al igual que decía antes con el cinturón nadie se extrañará de ver uno o varios cepillos en casa, detrás de la puerta del baño, en la mesita de noche...aún teniendo el nombre de la propietaria del culo travieso grabado, doy fe. Y si alguien sospecha, empezad a pensar que entiende. Su tamaño lo hace ideal y nada sospechoso para llevarlo encima, en el bolso, en la maleta, nadie se extrañará. 

Otra de sus grandes ventajas, es que debido a su tamaño es ideal para su uso OTK, de hecho es de los pocos instrumentos además de la mano que admite esa posición tan especial para nosotros. Eso hace que el aspecto regresivo de estar sobre las rodillas no se pierda, ni el contacto directo y a veces parece que haya sido diseñado a propósito para este uso. Por su tamaño sólo puede ser usado para golpear alternamente nalga y nalga, pero a la vez eso lo hace terriblemente preciso, es imposible fallar el golpe y puedes cubrir con el cada centímetro cuadrado de piel, llegando incluso a lugares insospechados. Cómo tienes mucho control sobre el instrumento, puedes jugar a incidir más o menos en determinadas zonas y si quieres dejar un buen recuerdo cada vez que se tenga que sentar, es el instrumento ideal.

Luego están otros juegos, acariciar con la parte lisa, jugar con la sensación de aspereza de las púas o cerdas sobre la piel caliente y sensible o incluso para perversos más atrevidos el mango puede servir de improvisado juguete.

Yo de pasar totalmente de el, a llegar a reunir casi una colección de distintas formas, tamaños y peso. A la hora de elegir uno debéis tener en cuenta la forma. Los cuadrados y anchos abarcan más superficie, los ovalados son más precisos y cuánto más pequeños más insisten en el mismo punto. El peso también es determinante, uno pesado "muerde" más que uno ligero, pero uno ligero mides peor la fuerza. No es un instrumento para dar fuerte, su efectividad se basa en la insistencia, si golpeas muy fuerte el efecto será el mismo de una gran paleta pero encima más localizado, con lo que el juego será muy corto y personalmente creo que un buen calentamiento a mano, es obligatorio antes de usar el cepillo.

Otra ventaja es realmente asequible, por módicos precios, podéis conseguir uno fácilmente en cualquier bazar, los más baratos suelen estar fabricados en madera de bambú, son ligeros y tenéis cepillo para toda la vida, si sois más sibaritas hay auténticas joyas en maderas nobles, eso sí estos pican más al bolsillo y no tiene porqué al culo dónde vayan dirigidos. 

Y para terminar, una frase que seguro a más de una le provoca alguna que otra mariposa: " señorita ve a buscar el cepillo".

Por cierto y a modo consejo, los cepillos de ducha, para cepillarse la espalda de mango largo, son un arma terrible, ahí lo dejo. Y debajo tenéis dos ejemplos. El primero un cepillo asequible y muy eficaz y el segundo ya cosas más sibaritas. 








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