9 años.

Lo que son las cosas, hoy he recordado que el pasado 2 de Julio este blog cumplía 9 años en la red. Un dos de Julio de 2011, publicaba la primera entrada. 

La motivación de escribir de esto, vino dada por mí propia necesidad de expresar algo a mi manera. Ya existían por aquel entonces otros blogs del tema, pero yo quería explicar mi historia y mi manera de entenderlo sin más pretensión que plasmar mis pensamientos, como teniendo la necesidad de hablarme a mi mismo.

Lo que pasó después superó cualquier expectativa si es que en algún momento la hubo. 6 mil visitas diarias, más de cien mil al mes, mas de un millón al año, jamás imaginé tanta trascendencia para una simple aficionado, ni la pretendí. Cuando empecé esta historia aun me quedaban dos años para llegar a los 40 ahora ando ya más cerca de los 50. Yo no soy el mismo, el blog no es el mismo, todo cambia y evoluciona. He pasado rachas muy productivas, otras menos, incluso por varios amagos de dejarlo, pero aquí sigo. Ahora mismo me encuentro cómodo con el ritmo, me da absolutamente igual si tengo más o menos visitas, pero creo que aún puedo seguir contando muchas cosas.

Más arriba explicaba que el inicio de esto fue para conmigo mismo, ahora aunque en parte también sigo con esa idea, también creo que la experiencia y el tiempo me permiten o me dan la autoridad de escribir en plan divulgar. Por desgracia he conocido en este tiempo mucha gente, en muchos casos avergonzadas de sus gustos, esclavas de una relación insatisfactoria, mucho sentimiento de culpa y si puedo aportar algo para ayudar a aceptar los juegos como algo "normal" e incluso diría yo necesario para que muchos de nosotros nos podamos sentir plenos, ya vale la pena.

Soy más viejo, tengo más experiencia, he conocido diferentes personas, con diferentes formas de ver el juego, pero al final solo son matices, que a muchos le pueden parecer muy importantes, pero no son más que la ropa que viste un cuerpo, el cuerpo es el mismo, la ropa puede variar. Si algo he aprendido en estos años es lo siguiente.

-Esto no se elige, te elige a ti,  lo único que tu eliges es llevarlo a cabo y cómo.

-Spankee no es sinónimo de sumisa, ni spanker de dominante.

-Este juego no persigue la obediencia y el poder.

-Esto va de cesión de control y de rendición desde un punto de partida de rebeldía más o menos acusada.

-Esto no es un etapa de la vida que pasa, puedes pasar por épocas de más o menos apetencia, incluso pensar que lo puedes olvidar, pero al final vuelve a nacer, se reinventa, adopta otra forma, evoluciona, pero ahí estará siempre.

-Y esto crea lazos de confianza muy importantes.

De todo lo anterior estoy seguro, las personas pasan, su recuerdo no, os puedo asegurar que nadie con quien he intimado partiendo desde el juego, me es indiferente aunque ya no esté en mi vida.

Este maldito año, lo vamos a recordar siempre, jamás hubiera imaginado hace 9 años que escribiría desde una pandemia, pero quizás también todo lo que está sucediendo te hace valorar más esos momentos especiales, de ilusiones, de nervios, de deseo, de ganas, de complicidad y las personas con quienes los compartiste.

No quiero terminar esta entrada de "celebración" sin comentar algo que cada día me preocupa más. En 9 años nuestra sociedad ha cambiado mucho, todo es rápido, cada vez hay más prisas, somos más demandantes, queremos vivir sensaciones especiales sin tener en cuenta que ciertas cosas llevan su tiempo.  Limitarse a ver esto como una mera fantasía erótica a mi modo de ver las cosas, es limitar la experiencia en su conjunto. El spanking es erotismo, sensaciones, es un recreo donde poder escapar de todo por un rato para centrarte solo en jugar y eso requiere de paciencia para disfrutar de todos sus matices y poder experimentar con toda su gama de posibilidades.

No soy muy optimista de cara al futuro, cada vez se impone una censura más férrea a todo aquello que se sale de la norma imperante y el spanking en general y la versión spanker/hombre, spankee/mujer aun más, somos los enemigos públicos de la corrección política,  que intentan verter sobre nuestra fantasía la escoria de la violencia, sin pararse a pensar en todo lo demás, en que la violencia es lo de menos, la diferencia entre una caricia y un azote es solo la percepción de quien la recibe. 

Así que a mi ritmo voy a seguir dando la brasa, creo que quizás ahora es más necesario que nunca, enseñar al mundo, que esto es mucho más que dar o recibir azotes y que para nosotros, sin ser la totalidad si es parte imprescindible de nuestra sexualidad y tenemos todo el derecho del mundo de vivirla plenamente, ridiendo cuentas exclusivamente a quien comparte juego con nosotros.

Gracias a todos por soportarme estos 9 años, vamos a por la década y como dije en la primera entrada: ya tenemos la eternidad por delante para reprimir nuestros deseos, solo se vive una vez.

¿Sopláis las nueve velas conmigo?