sábado, 15 de febrero de 2020

¿Dejà vú?






Cuando iba de camino otro viernes más a su casa, iba conduciendo como en un dejà vú de la semana anterior y todo por un mensaje antes de salir.

-Santi...que cuando llegues no estaré, María me ha dicho si quería acompañarla de compras y aprovecho que quiero cambiar alguna cosa de la semana pasada.

Mi respuesta fue irónica.

-¿Hago cena entonces?
-Es lo mínimo que podrías hacer
-¿Y eso?
-Para compensar la putada que me has hecho esta mañana
-¿Que te he hecho?
-Ya lo sabes
-Pues no, me  pierdo
-¿Que me enviaste al correo?
-¿Hoy? nada que recuerde, ayer noche si..
-Ya pero no me dijiste nada y lo vi esta mañana
-¿Y donde está el problema?
-Pues no no es muy cómodo ir mojada todo el día trabajando ¿sabes?
-Jajajajajaaj pero es no es mi culpa
-No será mia y no te rías.
-No señorita el problema es tuyo, podías haber esperado perfectamente a leerlo en casa, que a las 3 y media ya estás en casa, pero si eres una impaciente, falta de autocontrol no es culpa mia.
-Lo que tu digas...bueno ya lo sabes
-Que si!!!!! algún menú la señorita
-Jjajaja ya sabes que me gusta todo, lo dejo a tu elección
-Sobre que hora te espero
-Yo creo que a las 9 como muy tarde
-Ok.....no gastes mucho
-Voy a cambiar
-Ya, ya..

Así más o menos fue la conversación así que en el fondo me recordaba mucho a hacía apenas una semana, vamos que era como una regresión temporal. Llegué la casa  vacía dejé las cosas me puse cómodo y empecé a maquinar la cena, no me costó mucho dar con ella, la semana anterior había comprado pulpo congelado, así que solo había que descongelar hervir, aliñar y ya tenía una perfecta cena de "pulpo a feira".

Me puse la lista de reproducción de Southern Rock de 18 en youtube a lo "millenial" total y manos a la obra, con alguna cervecita mediante eso si. Como me dijo "a las 9 como muy tarde" yo sabia que eso significaba a las 9 en punto, ni antes, ni después, en alguna cosas es muy cuadrículada aunque lo niegue. Así que me lo monté todo para empezar a  poner la mesa a más o menos las nueve menos algo y en efecto a las nueve en punto se abrió la cerradura y era ella, esta vez solo con un bolsa. Saludo de rigor (Un beso ¿que tal el viaje? que frio hace etc) y le dije.

-Cuando quieras cenamos
-Déjame ponerme cómoda
-Como quieras no hay prisa ¿Vino o cerveza?
-Puff no se

Tardó algo más de la cuenta en ponerse cómoda y cuando apareció hacía como mala cara, se sentó en el sofá y no en la mesa, la miré extrañado.

-¿Te pasa algo?
-Puffff es que no tengo hambre, no voy a cenar...
-¿Has picado por ahí?
-No...
-¿Y no vas a cenar?
-No de verdad, muchas gracias pero no, me siento llena...
-¿Bueno me lo cuentas o tengo que sacar el sacacorchos?
-Paso, que me vas a soltar la retahíla moral y bastante tengo conmigo misma
-Nena....
-Puffffff al final siempre te sales con la tuya, pues que hemos ido a hacer el café y había unos coulants de chocolate con nueces...joder que bueno
-Jjajajajajajajaja es por eso la pataleta?
-No es una pataleta y no empieces.
-¿A que hora ha sido?
-No se a las 5 o así.
-Pues deja de hacer la niña y siéntate a cenar que eso está más que digerido.
-Que no, necesito compensar
-¿Y no cenar es la manera?
-Si y vale ya.
-Tu te lo pierdes.

Yo me puse a comer sin darle más importancia, en el fondo sabía que aquello era más una forma de autocastigo, que otra cosa, el maldito sentimiento de culpa y que realmente se hubiera sentado a cenar, pero para que discutir en caliente, pudiendo hacerlo en frío con la ventaja que comporta. Terminé de cenar a mi rollo, charlando con ella con normalidad, recogí la mesa y las sobras que guardé en la nevera y me senté con ella. Estuvimos un rato viendo una serie pero cansados de la semana, nos fuimos a la cama.

A la mañana siguiente madrugué como viene siendo habitual últimamente, no hay manera de aguantar en la cama hasta más tarde de las ocho, ella estaba dormida como un tronco así que cuando ya me cansé de cama y por no despertarla me levanté, preparé café, me tomé el primero en la tranquilidad de la mañana de sábado y cuando fui a la habitación con la intención de coger algo de ropa y la ví ya con los ojos abiertos.

-Buenos días bella durmiente.
-Buenos días madrugador...
-Desayuno preparado para la "princesa" cuando se digne a levantar su real culo de la cama
-Jajajajajaja que idiota, podrías ayudarme a despertar como una "princesa" ¿no?
-¿Y eso como se hace?
-Mmmmmmm se me ocurren muchas cosas
-¿Por ejemplo?
-Si tengo que explicarte todo, pierde gracia
-Mmmmm tienes razón y se me está ocurriendo una
-Mmmmmm pues ya sabes.

Sin decir nada, agarré la funda nórdica y de un tirón la saqué de la cama, dejándola destapada.

-Puffff cabronazo que hace frío
-No si eficaz es la fórmula jajajjaja

Me fuí para la cocina y en efecto a los cinco minutos ya estaba allí, con el pijama y interpretando el papel de ofendida aunque se le escapaba la risa. Se sentó y poniendo morros me dijo

-Eres un borde que lo sepas.

Saqué la taza del microondas y se la puse delante.

-¿Desea algo más la "princesa"?
-No, estoy enfadada
-Ya se te pasará

Me encendí un cigarrito, mientras ella se bebía el café con leche despacio, a mitad de la taza me dijo.

-Tengo hambre, en el armario al lado de la nevera, hay magdalenas y galletas me las pasas.
-A sus órdenes "alteza".

Entonces se me ocurrió todo de golpe, en vez de abrir el armario y sacar el paquete de magdalenas, me fui a la nevera y saqué lo que había sobrado de pulpo de la cena y se lo puse en la mesa.

-Jajajajajj ¿que haces?
-¿Quieres que lo caliente un poco?
-A ver no me voy a comer eso ahora como imaginarás.
-Bueno pues entonces lo guardo para el mediodía
-Haz lo que quieras, pero me pasas las magdalenas por favor.
-No.
-Puffffff

Se levantó y abrió la puerta del armario

-¿Que haces?
-Coger las magdalenas.
-Vuélvelas a dejar en su sitio
-No me da la gana, tengo hambre.

Se las quité de las manos, las dejé en su sitio y cerré la puerta.

-¿Quieres parar de hacer el idiota? Tengo hambre
-Claro ayer no cenaste normal
-Joder, ya estamos con la tontería, ayer no cené porque no me dio la "real" gana, pero hoy es otro día y punto.
-Aquí lo único real, es tu comportamiento realmente infantil, pero no te preocupes, que cuando te de una real paliza en tu real culo, se arregla.

Al terminar a ella se le escapó la risa, hasta la cogí de la oreja y la conduje por todo el pasillo hasta el salón, entonces la risa se transformó en quejas, a las que hice caso omiso, hasta llegar al destino que no era otro que el sofá. La solté y me senté, ella se quedó quieta tocándose la oreja, sin decir nada, agarré las dos patas del pantalón de un tirón seco se lo bajé hasta las rodillas, debajo llevaba uno de los tanga que se había comprado la semana anterior, blanco con el borde rojo...la cogí de las manos y a mi regazo.

-Joder Santi, que hace frío, sin calentar ni nada.
-Ya verás que pronto entras en calor.

Empecé a palmear sus nalgas redondas y blancas a un ritmo sin ningún tipo de armonía ahora dos cachetes en la misma nalga, luego cinco en la otra, luego tres en la otra, uno en la otra totalmente aleatorio, al principio su cuerpo estaba tenso y duro pero a medida que fui avanzando se fue relajando a su suerte y a la vez yo empecé a llevar un ritmo ya más constante tres azotes seguidos en cada cachete y tres en el otro así sucesivamente hasta que el culo empezó a subir de color. Tras un rato ya con ella totalmente rendida me detuve y empecé a pasar un dedo por todo el reborde rojo del tanga...

-Bueno parece que el culo de su "alteza" empieza a coger colorcito, de hecho me gusta esta ropa interior me va a servir mucho, cuando iguale el color creo que será suficiente  para que a su "alteza real" se la bajen los humos. Levántate.

Lo hizo, otra de pie frente a mi, entonces mi vista se fue justo al triángulo de tela blanca, con el borde rojo de entre sus piernas sonreí y llevé mi dedo ahí.

-Definitivamente me gustan mucho, además dan muchas pistas, como está mancha de humedad que se marca aquí

En ese momento mi dedo de paseaba por entre sus labios por encima de la tela ...

-¿Así estabas ayer cuando me leíste?

No respondió se puso roja, mientras mi dedo le seguía frotando ahí haciendo cierta presión. Hasta que paré, cogí el tanga por la cintura y se lo bajé.

-Aun nos queda un rato para el "real" objetivo.

De nuevo tirón seco y a mis rodillas y otra vez sin mucho tiempo a reacción las palmadas rápidas y constantes empezaron a caer sobre su piel ya totalmente desnuda, un minuto, dos, tres, sin pausa a ritmo constante y metódico y claro su piel reaccionaba el estímulo de mis azotes cogiendo cada vez un tono más rojo. La conozco, se que ese tipo de "castigo" en esa posición y con la mano, provoca una reacción en cadena, es como si la vibración y el calor de los azotes se expandieran más allá del culo provocando una inundación entre sus piernas, incluso inconscientemente empieza a mover las caderas como buscando otro tipo de estímulo y eso pasó empezó a moverse, pequeños movimientos de cadera como invitándome a cambiara los azotes por otra tipo de estímulo.

-Eres incorregible....

Paré en seco, pero no la toqué, aun habiendo parado siguió moviéndose lasciva unos segundos hasta que paró y se quedó quieta medio frustrada por mi frialdad y supongo que empezando a sentir la picadura de los azotes. En ese momento la hice volver a levantarse, que se diera la vuelta, le subí de nuevo el tanga, cogí el móvil le hice un foto, la miré primero y después se la enseñé.

-Tu culo tiene un problema, como ves aun no tiene el color deseado y a mi me pica la mano ya, así que voy a tener que usar algo para conseguir el color que quiero.

Le volví a bajar el tanga y la envié al rincón, cuando estuvo me levanté, fui a recoger la cocina y de vuelta pasé por el baño a buscar el cepillo de madera cuadrado, me senté y la llamé. Vino hacía mi resignada sin decirle nada ya se puso ella en mis rodillas otra vez.

-Así me gusta, que no haga falta tener que decirlo.

Cogí el cepillo, este es más liviano, que el otro, pero tiene más superficie y empecé a buscar el color deseado de forma insistente alternando un azote por cachete, pero constante este cepillo es mucho más "suave" que el otro denso y pesado, pero como tiene más superficie para colorear es ideal, tras un par de minutos de azotaina constante la madera empezaba a dejar su marca, seguí todavía un minutito más o menos y paré. Entonces cogí el tanga y los subí justo hasta la frontera de los muslos con su culo y le dije.

-Ahora si, ahora si que me convence.
-Eres un cabrón.
-¿Pica?
-Pufffffffffff quema
-Pues el próximo día que te sientas culpable, en vez de niñear en plan no ceno, lo dices y verás que pronto te quito la culpa.

Entonces llevó sus manos a las nalgas y empezó a frotarlas, la dejé hacer unos segundos pero se las quité.

-"Alteza" desde cuando se permite frotar....

Mi mano izquierda se fue a las nalgas calientes y palpitantes, empecé a acariciarlas haciendo círculos con toda la palma de la mano, sin dejar de acariciarla así, vuelvo a bajarle el tanga con la derecha, separo un poco sus piernas y a la vez que masajeo en seco, sin cremas ni nada su culo recién azotado, con los dedos de la derecha voy a investigar el clima entre sus piernas, tal y como sospechaba es un clima muy húmedo y caliente, jugué con mis dedos un poco, con todos los pliegues mojados de su sexo, entonces empezó de nuevo el pequeño vaivén de las caderas, que pide más.

-Mmmmm tenemos una "princesita" muy caprichosa, pero los caprichos no son gratis "alteza".

Cambie el sentido de mis manos, la derecha pasó a acariciarle el culo, mientras la izquierda aprovechando la natural separación de sus nalgas jugaba en la fuente de su sexo, le metí la mitad de  un dedo sin moverlo, los pequeños movimientos de cadera que ella hacía ya provocaban la fricción deseada, entonces empecé a azotarla de nuevo con la mano, golpes más secos y espaciados, siguiendo un poco el ritmo de su movimiento de cadera.

A partir de ahí todo se desencadenó solo, no moví un milímetro mis dedos de su sexo, lo único que varió fue el ritmo de los  azotes para acompasarlos con los de sus caderas que cada vez se movían más rápido, acelerando a la vez los azotes. De repente paró de moverse en seco tensó los glúteos levantó la cabeza echándola hacía atrás y un largo gemido salía de su boca, que cuando se ahogó el dedo que estaba fijo en su coño sintió unas contracciones rítmicas justo en el momento que una última ráfaga rápida de azotes, golpeaba la parte baja de sus nalgas y todo se paró, ella se dejó caer en el sofá rendida, los músculos tensos se relajaron, con un largo suspiro y mi mano dejó de azotar su culo rojo para al instante pasar a acariciarlo lentamente.

Un par de minutos después pudo volver a articular palabra, para decirme

-Cabrón no se como lo has hecho, ahora mismo me arde el culo, pero ha sido brutal....

Aquel día ya os podéis imaginar que comimos, eso si ella sentada con un cojín.

Continuará.






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