sábado, 16 de noviembre de 2019

Otoño/Invierno.





Los despertares de sábado tienen algo especial. Huelen a sábanas limpias, a café recién hecho, se siente la calma, sin prisas, sin sobresaltos.

Hacía ya un rato que remoloneaba en la cama medio despierto medio dormido. La noche anterior había sido curiosa. Estaba cansado, había sido una semana difícil, la suya también, pero teníamos distantas formas de canalizar el estrés. Nada más llegar me di cuenta de sus provocaciones, desde el desorden imperante en casa, hasta las continuas provocaciones e insinuaciones hasta que nos fuimos a la cama y no es que estuviera tan agotado como para no tener ganas. Simplemente me gusta jugar a controlar los tiempos, aunque ello tenga una pequeña dosis de frustración, retrasar el deseo lo aumenta y mi idea era solo retrasarlo unas horas a la vez que dejaba que ella misma se dejase llevar más por ese deseo.

Me estaba quedando dormido de nuevo cuando noté algo en mi entrepierna era su mano juguetona, que me agarraba los testículos y empezaba a masajearlos, sonreí no había podido más, mientras ella seguía con el masaje y yo me hacía el dormido imaginaba su sexo empapado. Al poco se sumergió dentro de las sábanas y noté algo húmedo y caliente que recorría mis testículos, mientras su mano me agarraba la polla, ya en un estado de erección absoluta y suavemente movía la mano haciendo movimientos ascendentes y descendentes.

-Mmmmm buenos días, que haces ?
-Despertarte en condiciones...
-Traviesa!!! eso es hacer trampa.
-Pues tu cuerpo no se queja mucho

Ni se quejó, sujetándomela con la mano, empezó a jugar con la punta de la lengua por todo el glande y de paso lubricando con su saliva, el roce de su lengua me hacía imposible estarme quieto, ella lo notó y entonces se la metió en la boca, me miró, le encanta mirarme en ese momento se siente con el control, le acaricié el pelo, mientras ella seguía subiendo y bajando , succionando, apresando con sus labios para aumentar la fricción.

-Para o no respondo
-Pues no respondas

Ya no paró, hasta hacerme explotar de placer, aun cuando ya me había dejado ir, siguió un poco como queriendo no dejar escapar ni una gota de la señal inequívoca que de alguna manera me había vencido. Cuando paró me miró, sonrió y me tapó.

-No vayas a coger frio. Me voy a la ducha.

Se levantó cogió ropa interior y se metió en el baño. Yo me quedé estirado en la cama a gusto, relajado pero también vencido, ella había controlado el tempo, uno a cero pensé y sonreí hay derrotas muy dulces para que negarlo. Cuando salió de la ducha embutida en un albornoz, me dijo..

-¿Aun sigues así?

La miré y le dije

-Estoy en el paraíso.
-Pues vuelve a la tierra, que quiero ir de compras.

Un pensamiento fugaz pasó por mi cabeza.

-No habíamos quedado que nos íbamos a liar con el trastero y los coches.
-Yaaaaa pero es que no tengo nada de temporada y el día más pensado llega el frío de golpe.

Estaba siendo un principio de Otoño caluroso, y realmente estaba harto ya de aquella calor tardía, la cual todo sea dicho me afectaba el humor.

-Pero si tienes el armario lleno
-Yaaa pero son cosas de otras temporadas....además desde que me quitaste las compras online.....
-Si eso encima será mi culpa
-Siempre es tu culpa
-En fin no se porqué pero te voy a hacer caso, no te acostumbres
-Lo haces porque te gusta

Me levanté le di un beso, me impregné con ese olor del gel mezclado con su piel y me fui a al ducha. La verdad es que algo de razón llevaba, hubo un momento en el que se perdió con las compras online, hablamos del tema y empecé a controlarlo, pero una pillada en una mentira, le costó un castigo de los importantes, de aquellos de ir unos cuantos días con el culo marcado, además de la retirada de las cuentas en todas las páginas de compras online, así que tal vez si necesitaba ir de compras, algo que por otra parte me gusta, me gusta ver como se prueba modelitos.

Al salir de la ducha tenía el desayuno preparado en la cocina, desayunamos con calma, le dije si tenía algo pensado que comprar, me dijo que no, que sobre la marcha, terminamos y nos vestimos, yo salí a la terraza a fumar mientras ella terminaba, el frescor de la mañana, había dado paso a una temperatura muy agradable y algo impropia para la época. Ella apareció por el salón, se había puesto un vestido largo, cómodo pero que le quedaba genial, aunque veraniego no desentonaba con la temperatura, eso si cogió una chaqueta por si acaso. Le dije que cogíamos su coche, así que conducía ella y pusimos rumbo al centro comercial.

Cuando llegamos era sábado, así que es fácil de imaginar aunque era pronto como estaba. Aparcamos y me dijo.

-¿Sabes? creí que me ibas a decir que no
-Bueno, si soy sincero lo pensé por un momento, pero bien pensado desde el día que te pillé te has portado muy bien, ya veo lo que funciona contigo....

Se ruborizó un poco pero me sonrió

-Eres un cabrón
-Bueno no voy a negarlo, pero lo que funciona mejor ni tocarlo ¿Tienes claro donde quieres ir?
-Si ya sabes donde siempre

Fuimos a la parte del centro comercial donde están precisamente las tiendas más comerciales. Entramos a la primera tienda, la música estaba bastante alta, algo que nunca he entendido del todo y empezó a mirar, cuando me di cuenta llevaba bajo el brazo una carga de prendas importante.

-¿Todo eso te vas comprar?
-Hombres....voy a probarme y luego ya decido
-Pues voy contigo, ya sabes me gusta ver como te pruebas cosas.

Entramos al pasillo de los probadores, era una hilera con diversas puertas, entramos al último, un pequeño habitáculo con un banco, unos colgadores y un gran espejo, al entrar cerré el pestillo entrábamos justos y me dijo.

-¿No sería mejor que esperases fuera?
-No....

Ya no dijo nada más, se quitó el vestido quedando en ropa interior, llevaba un sujetados negro sin tirantes y también un tanga negro, cuando fue a coger la primera prenda para probarse, le cogí las muñecas puse mi barbilla sobre su hombro desnudo mirando frente al espejo y le dije.

-¿De verdad crees que por una mamada me voy a vender?

No contestó se puso roja,  momento en el que le solté  una mano, le dí un cuarto de vuelta y le solté un sonoro y fuerte azote que impactó de lleno en una nalga.

-Que haya aceptado venir, no quiere decir que me haya olvidado del desorden que reina en casa, de algunas de las contestaciones de ayer noche y de algunas de la actitudes de entre semana, una cosa no tiene nada que ver con la otra.

En ese momento, ella creo que prestaba más atención al espejo y al reflejo de los cuatro dedos marcados en su nalga, que a lo que estaba diciendo. Ella seguía como hipnotizada hasta que apoyé mi pie derecho sobre el banco doblando la rodilla y de un gesto brusco hice que se inclinase un poco sobre mi pierna doblada y elevada.

-Pufff  Santi, aquí no, nos van a oir

No lo hice ni caso, aquello era de boquilla, yo sabía cierto exhibicionismo controlado la ponía a mil, nadie nos iba a ver como mucho escuchar. De un tirón también le bajé el tanga.

-Creo que sabes de sobra ya que la vergüenza es parte del castigo y hoy vas a ir todo el dia con el culo calentito, por muchos motivos, el primero querer o pensar que el juego lo controlas tu, así que vas a sentir pero que muy bien que es no tener el control.

No dije nada más, le di media docena de azotes fuertes y sonoros....Volvió a quejarse y casi a suplicar que no siguiera allí, entonces llevé un dedo a su coño, se lo metí, lo saqué y lo puse para que se reflejara en el espejo.

-¿Tu crees, que esto es síntoma de sufrimiento o más bien de señorita traviesa que se moja cuando la castigan?

Miró y se puso como un tomate....ya no dije nada más, empecé a azotarla allí en el probador, al compás de la música house del hilo musical,  estaba alta si, pero no creo que amortiguase el sonido embriagador de la percusión constante de mi mano contra la piel desnuda de su culo, estuve un par o tres minutos azotándola sin parar, lo suficiente para ponerle el culo rojo, entonces mi excitación por la situación era máxima y era el momento de perpetrar mi dulce venganza, allí en aquel estrecho probador, con el culo rojo y caliente y en la  misma posición empecé a masturbarla con dos de mis dedos, no fue algo lento y pausado, recreándome, fue animal y posesivo quería que se corriera rápido, que la excitación de la situación diera su fruto cuanto antes, con mi mano izquierda le tapé la boca cuando empezó a gemir y mis dedos no dejaron de entrar y salir hasta que se corrió allí en aquel probador. En cuanto se recuperó, se incorporó nos besamos y llevo su mano a mi polla por encima del pantalón que pedía espacio, pero se la quité de inmediato.

-¿Se puede saber a que juegas?

Le di la vuelta y la puse de espaldas al espejo.

-¿Ves como tienes el culo? Pues así lo vas a tener todo el día. Vístete.

El tanga me lo quedé yo, cuando salimos del probador ella fue a dejar todas las prendas, roja sin atreverse a mirar directamente a la chica del probador, la cogí de la mano y nos fuimos o más bien cambiamos de tienda. Fuimos a varias siempre repitiendo el mismo ritual, yo entraba con ella, que no podía evitar mirar al espejo la piel roja de su culo cada vez, ya no hubieron más azotes y al final si compró alguna cosa. Hasta que decidimos ir a comer algo allí mismo.

Al terminar de comer, le pregunté si buscaba algo más o era suficiente, me dijo que por ella ya estaba bien y me preguntó si ya que estábamos yo no quería nada, le dije que si, que algo iba a comprar pero que lo elegiría ella. Me miró extrañada.

-¿Se puede saber que?

Y entonces le contesté algo que la hizo volver a ponerse roja.

-Si claro, vas a elegir, algo para castigar tu culo, lo vas a elegir tú y lo vamos a estrenar hoy.

Como me hubiera gustado estar en contacto con su sexo cuando escuchó aquello....se quedó un instante callada como digiriendo lo que le acababa de decir y entonces dijo.

-¿Aqui? que elijo aquí, esto es un centro comercial.
-Si quieres elijo yo, se me ocurren así a bote pronto como 4 o 5 opciones, papeleria, marroquinería, tienda de productos cosméticos, del hogar, de deportes....si elijo yo, igual pruebas todas las opciones. Tu misma

Puso cara de duda, se cruzó de brazos y suspiró.

-Ve pensando...cuando lo tengas claro vamos.

No pasó mucho rato, hasta que me dijo de ir. Al primer sitio donde fuimos fue a una tienda de cinturones, el olor a cuero es muy atractivo, pero cinturones tenía muchos y conocía perfectamente sus efectos, además un cinturón nuevo no tiene la flexibilidad aun y lo sabía, la siguiente visita fue a una tienda de productos comésticos, donde había una bonita colección de cepillos, yo no dije nada, ella fue cogiendo uno a uno, tocándolos, sospesándolos, no era una elección fácil, el uso lo iba a sufrir su culo, finalmente me dijo:

-Este

En su mano llevaba un cepillo de madera realmente era bonito, barnizado con la madera veteada....

-¿Estás segura?
-Si
-De acuerdo, dame voy a pagar.

Lo cogí fui a caja y lo pagué. Nos fuimos ella estaba roja otra vez, para el resto del mundo una compra normal, para ella no. Con las bolsas nos fuimos para el coche, toda la compra se fue al maletero menos el cepillo, que le dije que lo llevase con ella. Para la vuelta le pedí las llaves, conduciría yo, a ella le dije que se sentara y que al hacerlo se levantara el vestido, que quería que las nalgas desnudas le tocaran directamente la tapicería del coche.

Salimos del centro comercial, empecé a conducir, la tensión flotaba en el ambiente cerrado del coche ella sostenía el cepillo con las dos manos, sin dejar de mirarlo y le pregunté.

-¿Puedo saber por que has elegido ese?
-No se....tenía que elegir algo
-No es lo único que vas a elegir
-¿Como?
-Lo que oyes, ve pensando donde quieres estrenarlo, en casa o en el coche
-Puffffff y cual es la diferencia
-Piensa, tienes quince minutos.

Se quedó pensativa en silencio, ya me había metido en la salida que nos llevaba a su casa cuando me dijo.

-En el coche.
-¿Seguro?
-Si...
-Bien

Pasé de largo su casa, callejee un poco hasta encontrar un descampado solitario, pero descubierto y aun no atardecia.

Paré el coche, le pedí el cepillo, le dije que saliera del coche, lo hizo, yo también, con el cepillo en la mano, abrí la puerta trasera del coche de mi lado, entré y me senté, le indiqué que abriera la suya.

-Ponte en mis rodillas, con los pies fuera del coche.

Suspiró pero lo hizo.

Muy despacio le levanté el largo vestido, ya no quedaba ni rastro de la azotaina en el probador en su piel, pero si al comprobar su coño seguía mojado.

-¿Así llevas todo el día?

No me contestó, sabía la respuesta, decidí empezar con la mano a modo calentamiento, hasta que volvió a coger colorcito, entonces cogí el cepillo y empecé a acariciarle el culo con el.

-Vete acostumbrando a su tacto, porque me da que lo voy a tener que usar mucho.

Y eso hice empezar a usarlo, los azotes caían incesantes en su culo desnudo, el sol se empezaba a poner y los tonos rojizos del cielo hacían juego con el color que empezaba a tener su culo, si la azotaina en el probador había sido más en busca del morbo de la situación, esta en aquel descampado con medio cuerpo por fuera del coche, ya no tenía aquel concepto tan marcado de exhibicionismo y si mucho más de castigo, me esmeré en conseguir aquel efecto de "castigo", hice alguna un par de pausas, pero ya no paré hasta estar seguro que tendría marcas, unos moratones en la piel unos días.

Cuando decidí que era suficiente, le acaricié un momento las nalgas calientes y rojas, le bajé el vestido y volvimos a montarnos en el coche, al subir hice que de nuevo se levantase el vestido, el contacto con la tapicería ahora fue mucho más incómodo, aunque al llegar al parking y levantarse, esta tenía una mancha de humedad.

Cogimos las bolsas y subimos a casa, las dejó sobre la mesa y la hice irse el rincón, entre quejas, hasta que cogí el cepillo y se acabaron las quejas, allí en el rincón le hice sujetar con las manos tras la espalda es vestido levantado. Me fumé un cigarro, cuando lo terminé me fui al baño cogí la crema y me acerqué por detrás, le hice apoyar las manos en la pared de modo que la espalda le quedaba casi en ángulo recto con las piernas, le volví a levantar el vestido, me eché un chorro de crema en las manos y le apliqué la crema refrescante en ambas nalgas, pero sin recrearme mucho, dejándolas húmedas de crema, entonces, me desabroché el pantalón, lo dejé caer, hice lo propio con los bóxer, restregué mi polla contra su sexo, entre sus nalgas, hasta conseguir una erección completa, entonces la poseí ahí contra la pared de forma animal, hasta corrernos los dos.

Continuará......







2 comentarios:

  1. Pobrecita, ni en las compras consigue tener un poco de respiro, ☺. Qué vergüenza si alguien oye o sepa lo que sucede dentro de los probadores.
    Es poco agradecido después de ese despertar.

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  2. Depois desta pequena ausência na visita aos blogs amigos, venho desejar uma boa semana.

    Kique

    https://caminhos-percorridos2017.blogspot.com/

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