jueves, 13 de diciembre de 2018

Esperado pero inesperado.





La esperaba como de costumbre cuando venía ella en la terraza de enfrente de la estación de tren. Aunque era tan solo media tarde apenas las 6 en pleno otoño el sol ya se había escondido tras las montañas. Sin embargo, no hacía nada de frío, yo saboreaba una caña mientras esperaba que llegara su tren y pensaba que podía pasar por su cabeza mientras su tren se acercaba a la estación.

Teníamos un trato firmado virtuamente hacía tres semanas, una parte del trato se había cumplido o al menos eso me había dicho, si me había mentido lo sabría, la otra la comprobaría en poco rato, pero aun así me reservaba una posibilidad que ella conocía perfectamente la del "recordatorio". En resumidas cuentas iba a pillar si o si, dependía de ella si se volvería a sentar en ese para la vuelta con más o menos dificultades.

De todas formas sucediera lo que sucediera si quería dar un golpe de autoridad, últimamente la confianza, el tiempo y otras cosas me habían hecho bajar la guardia y de alguna manera se me estaba subiendo a las barbas, había que poner las cosas en su sitio de nuevo.

Vi acercarse su tren y parar en el andén, la busqué de entre la gente que bajaba, vi una silueta familiar, el vestido de verano se había convertido en abrigo, la piel al aire de sus piernas en tela de vaqueros, pero su forma de andar y el eterno móvil con los cascos permanecían invariables. Se acercó sonriendo como siempre a mi mesa, me dio un beso.

-¿Quieres tomar algo?
-Venga una caña con limón

Pedí al camarero otra caña para mi y una con limón para ella. Empezamos a charlar, del trabajo, de como había ido estos días, pero sin tocar el tema "espinoso" para nada, con total desenfado. Tras media hora mas o menos de charla, decidimos poner rumbo al hotel, el mismo de siempre, los rituales si funcionan para que cambiarlos, aparcamos el coche en el parking del hotel, pero antes de entrar al check-in le dije que me acompañase un momento a un centro comercial pegado al hotel con una excusa, dejamos las cosas en el coche y nos dirigimos al centro comercial, abarrotado un Sábado por la tarde a pocas semanas de Navidad. Como iba a tiro seguro, evité aglomeraciones para buscar la Farmacia del centro comercial, entramos y me paré frente a la báscula y con la mano la invité a subirse.

-No jodas? así sin más.
-Si ya te aguanto el abrigo.
-Puffff

A regañadientes se subió en la báscula puse una moneda y de la pantalla salió un número. Al verlo me miró sonriente.

-Desconfiado...
-Habría que descontar la ropa, pero si no está mal, no viene de ahí.
-Lo ves

Se bajó satisfecha y nos fuimos para el hotel. De camino me estuvo recordando varias veces y en plan irónico lo del reto superado. Cogimos las cosas del coche, su  mochila y mi bolsa y nos fuimos a hacer el check-in, Una vez registrados y con la llave nos metimos en el ascensor, nada más cerrase la puerta la bese a la vez que la agarraba con fuerza del culo.

-Mmmm esto no me lo esperaba, es por haber superado el reto.
-No, es porque me ha dado la gana
-Vale, no voy poner ninguna queja no.

El ascensor se detuvo en el piso se abrió la puerta y salimos, el largo pasillo enmoquetado vacio y de repente me vino una idea a la cabeza, sin pensármelo la cogí de la oreja.

-Auuu que haces?
-Tu y yo tenemos que hablar muy en serio.

La cogí desprevenida que es lo que quería a un par de metros de la puerta, salió del fondo del pasillo una pareja de una habitación, pese a todo seguí llevándola de la oreja hasta la puerta, solo allí la solté para abrir, la pareja pasó por nuestro lado, no se si se habían percatado de algo, pero ella estaba roja, abrí miré y como ellos seguían su camino, la volví a coger de la oreja para hacerla entrar. Dentro la solté sorprendida.

-¿Y esto?
-Ahora te lo cuento. Ponte el pijama.

Que la había pillado desprevenida era un evidencia, porque no dijo nada se limitó a dejar la bolsa en el sofá que había en la habitación, coger de ella el pijama e irse al baño a cambiarse. No tardó mucho en salir, me miró como quien no entiende nada, con la ropa en la mano.

-Coloca bien las cosas, vamos que no empieces a dejar cosas por el medio.

Como aturdida dobló la ropa y la colocó en el armario, lo mismo hizo después con la mochila. Cuando vi que estaba sin dejarle tiempo de reacción. Le dije.

-Vete al rincón

Ahí se quejó un poco, pero hice intención de levantarme y fue suficiente. Se fue para el rincón resignada sin entender mucho aquella situación. Yo me levanté saqué mi bolsa del armario y de ella diversas cosas que dispuse ordenadamente en el escritorio. Entonces me senté en la cama y la llamé.

Se acercó a mi, con la misma cara de asombro. La miré y le dije.

-Ahora quiero que me escuches en silencio y cuando termine si tienes que decir algo, ya tendrás tu momento ¿esta claro?
-Si - dijo sin mucha convicción
-Pues pantalones y braaguitas abajo y manos encima de la cabeza.

Dudó un momento

-Si tengo que hacerlo yo, vas directa a mis rodillas.

Entonces me hizo caso, eso si ruborizándose. Pero tenerla en esa situación, con el pantalón del pijama y las braguitas por las rodillas, los brazos levántados con las manos encima de la cabeza elevaban la camiseta, lo cual dejaba frente a mis ojos su pubis depilado, me daba una situación muy marcada de superioridad en ese momento. Además sabía que estaba mojada, desde que la había cogido de la oreja por el pasillo.

-Bueno parece ser que el "trato" a que habíamos llegado se ha cumplido, al menos en una parte, la otra no tengo porque dudar de ti y si me engañas, realmente te estarás engañando a ti. Pero creo que quedó muy claro que pese a eso esta semana habría un "recordatorio", solo que pensando bien creo que hay que hacer ese recordatorio extensible a algo que llevo días dando vueltas . Entiendo que el tiempo y la confianza llevan a cambiar actitudes y de alguna manera me alegro que asi sea que estemos menos encorsetados en un rol, en definitiva que seamos libres. Ahora bien hay una gran diferencia entre eso y poner en duda la autoridad que TÚ me diste en su momento y eso no lo voy a permitir, salvo que quieras prescindir de ella. ¿Quieres prescindir de mi autoridad?

La miré y estaba roja como un tomate.

-¿Se te ha comido la lengua el gato?
-No, no quiero
-Pues entonces no hay mucho más que hablar, ponte en mis rodillas y voy a dejarte muy claro, que mientras quiera pienso ejercer.

Yo creo que ese momento fue un alivio para ella, poder bajar los brazos y esconder la cara, aun ante la perspectiva de unos azotes, estoy seguro que era un alivio comparado a seguir allí en aquella posición mostrando su intimidad y aguantando mi charla. Tal vez por eso no tuve que repetirlo y enseguida se colocó en mis rodillas.

Como iba a empezar sin ninguna protección antes de darle ningún azote froté sus dos preciosas nalgas desnudas con cierto vigor, con el objeto de calentar un poco, cuando lo hice empecé, no había prisa, pero los azotes con la mano, para que sean efectivos tienen que ser continuos con cierto ritmo y eso hice, aquella primera toma de contacto con su culo tenía la intención de calentar y dar un poco de color antes de pasar a mayores. Cuando cumplí el objetivo la hice levantarse y que me acompañase hasta el escritorio. Allí habia perfectamente dispuestos de izquierda a derecha: tres instrumentos de madera: pala grande, cepillo y regla de 60cm. Dos de cuero: un cinturón mio doblado y un tawse de dos lenguas y finalmente había: un plug metálico pequeño, un trozo de jengibre y el pelador y una libreta y un boli.

-Hoy vas a elegir todo tu castigo, así que quiero que elijas un instrumento de madera, uno de cuero y uno de los tres objetos restantes. Elije.

Yo me separé y me senté en el sofa, a mirarla dubatativa con la vista clavada en la mesa mientras yo desde atrás observaba su culo enrojecido. Tímidamente volvió la vista atrás y me dijo.

-Ya está
-Muy bien cual es tu elección.
-Cepillo, cinturón y plug
-¿Estás segura?
-Que cabrón, si.
-Muy bien pues empezaremos por el cepillo, traémelo.

Cogió el cepillo y vino hacía mi , me lo entregó, no tuve que decirle nada más ella misma se colocó en mis rodillas, le dejé el cepillo encima del culo, mientras me remangaba. Lo cogí y empecé a azotarla con el, con la mano izquierda en su espalda, alternando cachete y cachete, a medida que progresaba el culo le iba cogiendo un color más intenso, repartí bien los primeros azotes, y a medida que avanzaba iba focalizando más en la zona de asiento, en la parte media baja del culo, haciendo que esa parte fuera cogiendo un color más oscuro. No se si la sorpresa o la situación pero lo cierto es que ella apenas se quejó y eso que le di una buena con el cepillo que no es precisamente su instrumento favorito. Decidí que era suficiente, un momentito de caricias y la hice levantarse de nuevo.

-¿Habías elegido el cinturón verdad?
-Si.
-Muy bien pues ve preparando las almohadas en el centro de la cama y te colocas encima de ellas con el culo bien levantado.

Yo me fui a por el cinturón, con el en la mano la observé preparando la cama, cuando se tumbó encima de las almohadas dejé el cinturón encima del culo, para quitarme el jersey que empezaba a tener calor. Ya sin jersey cogí el cinturón.

-Van a ser 50, en dos tandas de 25 una desde cada lado y los vas a contar.

Levanté el cinturón por detrás de mi hombro y lo dejé caer con fuerza sobre su pobre culo. Ahí si suspiró antes de decir el número 1. Dejé pasar unos diez segundo antes de darle el siguiente y con ese ritmo fueron cayendo los primeros 25 desde el lado derecho. Al terminar pasé al lado contrario de la cama, a mano cambiada la mejor técnica para asegurarte el dominio del cinturón es sujetar la punta por donde se dobla con la mano izquierda y soltar justo cuando das el azote, así lo hice desde el primero desde ese lado empezó a moverse, al quinto tuve que parar y decirle que se colocase correctamente antes de continuar, con la amenaza de alguno extra si volvía a tener que parar para que se colocara correctamente. Pero por mi parte también le di más tiempo entre azote y azote, como 20 segundos, excepto al final, los 5 últimos que se los dí seguidos y rápidos, al terminar no pudo evitar llevarse las manos a las nalgas y frotarse a la vez que resoplaba, la dejé hacer mientras guardaba todos los instrumentos menos el plug que faltaba por usar. Recogidos me acerqué y le aparté las manos, me senté junto a ella en la cama.

-Ahora vas a sentir un rato, sin nada que se interponga, la sensación de no respetar mi autoridad.

Debía arderle el culo, pero así la tuve al menos un cuarto de hora, sin poder frotarse, sin acariciarla, sin cremas, sin nada, solo con la sensación de picor y quemor de los azotes, para que tuviera muy claro, las consecuencias de "portarse" mal.

Pasado ese rato si le puse un poco de crema refrescante en las nalgas y me fui a fumarme  un cigarrillo al balcón, ella seguía inmóvil tumbada en la cama. Cuando entré cogí el plug lo lubriqué un poco me fui hasta la cama, le separé las nalgas, utilicé el propio lubricante del plug para lubricarla un poco y con despació pero firme se lo metí.

-Ahora vístete, que algo tendremos que cenar.

Se levantó algo extrañada seguro que esperaba algo más, se fue al baño a vestirse y retocarse y bajamos a cenar algo al centro comercial. Durante la cena al principio estuvo callada como asumiendo a la vez que incómoda, los azotes y el plug no debían ser muy cómodos, pero se le fue pasando y al final de la cena ya hablábamos con total normalidad. Al terminar volvimos para el hotel, nada más entrar le dije que se volviera a poner el pijama, yo me senté de nuevo en el sofá, cuando estuvo con el pijama puesto otra vez, le dije que se acercase, en cuando estuvo a mi lado de un tirón le bajé el pantalón del pijama y más lento la ropa interior, la "invité" otra vez a mis rodillas, estuve repasando las marcas en su culo desnudo en mis rodillas, ya se empezaban a ver, pese a que aun seguía muy rojo, entonces le quité el plug y le di una pequeña azotaina con la mano  una veintena no más, al terminar sin decir nada mi mano se fue a su coño empapado....

Del sofá pasamos a la cama y ahí no paramos de jugar hasta quedarnos dormidos.

La mañana siguiente, antes de bajar a desayunar aun le dio por retarme, yo creo que para ver si seria capaz de zurrarla encima de zurra y una azotaina a mano para bajar con el culo bien caliente a desayunar se llevó.

Continuará.

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